Independientemente de si tenemos un perro muy sociable con perros u otro que no va tan bien, hay factores que van a influir queramos o no en la interacción entre dos perros: el entorno físico (una calle estrecha no es igual que una ancha), el temporal (no es lo mismo ver venir poco a poco a otra perra que encontrárnosla de golpe al doblar una esquina), los antecedentes (un paseo tranquilo o un paseo en el que ya hemos tenido cruces tensos)
Podríamos seguir haciendo una lista muy larga, pero hoy nos queremos centrar en un elemento que influye más que mucho y en el que no nos fijamos apenas: el guía de la otra perra.
2 situaciones diferentes
En una semana he tenido dos cruces paseando a mi perrete, digamos que curiosos. El primero fue con un mastín que se le veía joven, aunque no cachorro. Un cruce frontal, el mastín se frena y se agacha fijando la mirada en mi perro. Analizo rápido: mi perro sigue acercándose aunque mucho más despacio, con la mirada fija (siempre lo hace) las orejas relajadas, como el resto del cuerpo. ¿Y el guía del mastín? Pues se mantiene relajado, correa destensada, mirando la interacción pacientemente. Estoy casi seguro de dos cosas: el mastín va a saltar a jugar cuando mi perro se acerque y sobre todo que el guía del otro perro vio cómo me tomaba yo la situación y sabía que no iba a haber problema con mi perro. Y eso fue lo que pasó. Los perros se entendieron y los guías también.El segundo cruce fue llegando a una esquina: aparecieron un chico con un cruce de pitbull muy grande, y otro mestizo negro aún más grande. Los perros estaban cara con cara con el mío sin esperarlo. Los tres perros estaban tensos analizando la situación sorpresa. Pero la comunicación era buena y la tensión bajaba. El problema era que su guía tiraba bien fuerte de las correas (pero sin llevárselos, metiendo bien de tensión en la situación) mientras me decía que tirara de mi perro si no quería que se llevara un mordisco. Con la correa destensada, llamé a mi perro y lateralmente seguimos el paseo.
En ambos casos, gran parte de la información que saqué para pronosticar el resultado de la interacción me la dieron los guías de los perros.
Ya sabemos que ya tenemos muchas cosas que valorar durante el paseo de nuestra perra, pero ver la actitud de el/la otra humana nos va a dar muchas pistas de por dónde se puede fastidiar un acercamiento o una interacción que dos perros están gestionando bien, poco a poco.
Guías que deberías evitar
Hay guías que no dejan saludar a sus perras aunque la pobre sea un pedazo de pan. Guías que mantienen la correa muy tensa pero permiten el acercamiento. Que gritan al perro “no te portes mal!” en plena interacción. Que fuerzan el cruce a 30 cms y tirando de la correa. Guías que dicen “no hace nada” cuando el perro lleva una comunicación más que agresiva. Guías que tienen totalmente normalizado que su perro reaccione y no le da importancia, guías que van hablando por teléfono ignorando a su perro y al entornoGuías que se enfada con su perro, el tuyo y/o contigo. Evitémosles aunque tengamos al mejor perro del mundo: interacciones tensas (aunque no sean culpa del otro perro si no del manejo de su guía) es estrés para nuestro perrete y un antecedente para futuras interacciones entre esos perros.
Por otro lado, ayudar a gente que quiere evitar la interacción o llevarse al perro al poco tiempo (aunque el tuyo sea “muy bueno”) porque su perra es miedosa, demasiado impulsiva, o está trabajando el tiempo que la expone a otros perretes es muy importante. Fijémonos en el binomio perro humano, la información será mucho más completa.
Resumiendo
En resumen, la variable humana desempeña un papel esencial en las interacciones entre perros. La actitud y el manejo de los guías pueden marcar la diferencia entre un encuentro armonioso y uno lleno de tensión. Al prestar atención a esta dinámica, podemos garantizar un ambiente más tranquilo y seguro para nuestros compis de 4 patas. ¡Cuidemos de nuestros animales y de los de los demás!The post appeared first on Sentido Animal.