La Universidad de Ussex, en Reino Unido, ha realizado una serie de experimentos con 25 perros en los que ha estado estudiando la actividad cerebral de los perros al escuchar diferentes discursos con diferentes entonaciones.
Estas investigaciones han confirmado que la actividad cerebral del perro es muy parecida que la de un ser humano cuando interactúa con otro. Así, pudieron comprobar cómo el hemisferio izquierdo del cerebro de los perros se activaba cuando procesaba información verbal, mientras que el hemisferio derecho se activaba cuando procesaba información relacionada con la forma en que se decía.
Es decir, el cerebro de los perros sí es capaz de diferenciar tanto los sonidos del habla humana como la manera en la que nos expresamos: si estamos alegres, si estamos tristes o si estamos enfadados. Los perros no sólo escuchan lo que decimos, sino también cómo lo decimos.
Teniendo en cuenta, según otros estudios, que los perros tienen unas habilidades mentales próximas a las de un niño humano de 2 años, podemos concluir diciendo que son capaces de entender hasta 160 palabras de nuestro vocabulario. Esto unido a que son capaces de traducir nuestras emociones, les hace especialmente sensibles y empáticos con nosotros, junto a su carácter eminentemente social, lleva a que se crea un vínculo muy especial entre perro y ser humano.
Además, esta habilidad para entender tanto lo que decimos como cómo lo decimos incide directamente en la facilidad que tienen los perros a la hora de aprender cosas, por eso, si un propietario se esfuerza en educar a su perro conseguirá que la comunicación sea muy fluida entre ambos y que haya un entendimiento mutuo que sorprenda hasta al mismo propietario.
Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino "Cómo Educar a un Cachorro"
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