Síntomas de depresión en mascotas La principal guía para identificar una posible depresión son los cambios bruscos en el caracter habitual de una mascota, que derivan en apatía general o compulsividad, somnolencia o hipersomnia, inapetencia o ansiedad por comer, falta de interés ante estímulos gratificantes, entre otros. Algunos incluso desarrollan conductas compulsivas como la automutilación, lamiéndose o mordiéndose la cola y hasta las patas.
Los riesgos de una depresión El problema de la depresión en mascotas, en comparación con la humana, es que existe escasa experiencia terapéutica animal y una mayor dificultad para tratar a la mascota, ya que no existe comunicación posible con ella. Si se deja pasar mucho tiempo para tratar una depresión, se corre el riesgo de que bajen severamente las defensas la mascota, quedando expuesta a numerosas enfermedades, ya que la depresión gatilla cuadros simultáneos, los cuales van descompensando al animal pudiendo incluso causarle la muerte.
Causas de la depresión en un perro o gato La mayoría de las causas de la depresión en una mascota están relacionadas directamente o indirectamente con su amo, núcleo familiar o su entorno inmediato, este tipo de depresión es conocida como depresión exógena.
Causas de una depresión exógena: . La ausencia prolongada de sus amos durante el trabajo (reclusión solitaria) . Relegar a la mascota a un segundo plano dentro del núcleo familiar . Necesidad de compañía y la falta de afecto o cariño . La tristeza de separarse de ser querido, un animal acompañante e incluso la muerte o separación demasiado rápida de una camada en el caso de una perra. . Cambios físicos en el entorno inmediato de la mascota (mudanzas, renovaciones) . Ausencia de hábitos regulares de vida (desajuste funcional). Por el contrario, si no existen factores externos, estaríamos en presencia de una depresión endógena (de origen genético).
Tratamiento de la depresión en mascotasPara enfrentar la depresión en mascotas existen en veterinaria una especialización llamada Etología que se preocupa de salud mental de los animales y estudia el comportamiento de éstos.Luego de realizar un estudio conductual para determinar las posibles causas externas, y descartando una posible enfermedad orgánica, el tratamiento contra la depresión incluye en primer lugar terapia conductual y, si es necesario, terapia con antidepresivos, en dosis indicadas por un especialista. También es cada vez más frecuente el uso de tratamientos alternativos, como flores de bach o reiki.En un importante número de casos, la solución radica en cambiar la relación entre el amo y su mascota, manteniendo una mayor actividad en conjunto y mejorando las condiciones del entorno.En el caso de que no se pueda dedicar al animal el tiempo necesario, se puede suplir esta compañía por juguetes, música, radio o televisión, durante los períodos de soledad, aunque estos elementos nunca podrían sustituir completamente el apoyo y el cariño de un ser humano.