Existen algunos perros que presentan comportamientos agresivos, hoy hablaremos de este tema que puede resultar preocupante para sus dueños.
Es importante tomar las medidas necesarias desde cachorros con el fin de evitar que se vuelvan perros muy agresivos. Sabemos, por otro lado, que controlar la conducta agresiva en la adultez puede resultar complicado, pero no imposible.
A la hora de educar a un perro deberá aprender que es su dueño el que domina. Para eso será conveniente aplicar acciones rutinarias como comer antes que el perro, entrar a la casa antes del perro cuando se vuelva de dar un paseo, así podrá aprender quien es el que manda.
Cuando esto suceda y el perro no se altere se lo podrá premiar con algún tipo de golosinas para que vincule su buen comportamiento con la obediencia con golosinas. Así se empezarán a evitar los comportamientos agresivos en la mascota.
En relación al vínculo que tenga el perro con sus pares se deberá acostumbrar a que el perro juegue y se relacione con otros perros desde que es pequeño. Asocia los primeros contactos y la rutina con premios para que el perro lo asocie con una acción positiva.
Si aparecen dudas acerca del adiestramiento y los comportamientos de los perros se tiene que consultar con el veterinario. Será el profesional el que recomendará las mejores opciones para evitar que sea agresiva, además de las vacunas, tratamientos y su esterilización
Los perros agresivos y los niños
Una de las consultas que con mayor frecuencia puede recibir un veterinario es cómo se puede encarar un mejor vínculo entre los niños y los perros, si existirán problemas de convivencia, especialmente si el perro es agresivo.Puede ser complicado pensar en una raza de perros, pero si hay niños en la casa lo más importante es enfocarse en una raza de perro más tranquila. El problema suele aparecer cuando el pequeño llega a una casa en donde ya vive un perro agresivo.
Todas las atenciones que tenga el perro hasta ese momento se dirigirán hacia el niño, por eso es tan importante que se acostumbren a la nueva presencia lo antes posible, incluso antes de que nazca el niño.
Es importante mencionar que una cosa es integrar al niño y al perro y otra cosa muy diferente será dejarlo a solas al niño con el perro. En estos casos la educación es lo más importante, se deberá enseñar al perro a respetar al pequeño de la misma forma que se tiene que respetar los espacios del perro, cuando descansa, cuando duerme o cuando está jugando solo.