“De siempre me han encantado los perros. Mi sueño, ¡un dálmata!. Después de luchar con mi madre años y años por fin conseguí tener a Danna.
Era una cocker súper simpática que nos dejó con 9 años por comer una oruga procesionaria. Momento muy duro para mi con su perdida, el agobio de proyecto fin de carrera… ¡Hasta me tuve que medicar por ansiedad!
Tras comenzar a trabajar y desplazarme a Madrid con mi pareja, le intento convencer para hacernos con un perro. Ella lo quiere pequeño y yo mi gran sueño, ¡un dalmata!. La engaño un día y nos vamos a ver un perrito, al que ella no puede resistirse y con su carita tan mona ¡nos lo llevamos a casa!. Comienza la aventura con nuestra Vilma, una dálmata preciosa, juguetona y ¡¡súper cariñosa!!.
Era el motivo de volver del trabajo y no entristecerme y encerrarme en casa. Era todo alegría, juego y nos tirábamos horas y horas por el parque. Todo durante año y medio gira en torno a ella, es un miembro más de la familia. ¡Y seguirá siendo lo mas importante en nuestras vidas durante muchos años!
Según iba creciendo y sin ningún motivo aparente se estaba volviendo insegura. Tenia miedo de otros perros, protegía su cama y comida e incluso cada vez que pasabas por su lado gruñía, ¡cada vez iba a mas! Hasta que, desesperados por la situación, contactamos con dos personas magnificas, dos peazo de profesionales, son¡ Ruben y Patricia!
Pues tras muchísimas clases, ejercicios y consejos, Vilma es una más en el parque, todos los días hace sus ejercicios de obediencia, juega con nosotros un montón con la pelota, freesbe,… y juega con multitud de perros de todos los tamaños y razas.
En casa ¡es la perra de 2 meses que trajimos a casa! No gruñe. Nos tumbamos con ella en su cama. Le damos de comer con la mano y el cacharro. Se tumba boca arriba para que le demos mimos… ¡Increíble el cambio! ¡Otra vez es una perra segura y alegre!.
Ademas de todo esto, también hemos mejorado su estrés cuando salía al paseo. Gracias a ejercicios que nos han enseñado Rubén y Patricia, evitamos que ladre a perros para jugar con ellos, tirar de la correa durante su paseo, coger todo lo que ve en el parque…
Es una perra que trabando y siendo constante con ella es ¡perfecta! Y todo os lo debemos a vosotros.
De verdad chicos,¡ muchísimas gracias!
Pedro y Maria.”
Pedro y María contactaron con nosotros porque Vilma presentaba una agresividad en casa. También manifestaba agresividad por posesión de recursos, en este caso la comida.
Poco a poco fuimos trabajando en darle seguridad a Vilma y en mejorar la relación entre los dueños y la perra. Con el gran trabajo de Pedro y María, han aprendido a saber cuando Vilma esta incómoda en determinadas situaciones. Han conseguido que se sienta segura y confiada con ellos y su entorno.
Gracias a vosotros chicos por trabajar tan bien y por ¡querer compartir con nosotros esta bonita historia!.
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