Algo ha cambiado durante este tiempo de pandemia entre la relación de los españoles con sus mascotas. Muchos hemos recurrido a ellas para que nos ayuden a sobrellevar este momento difícil de la historia, de aislamiento y de tristeza; otros, han descubierto que el día a día con ellas, incluso el horario de trabajo, es ahora más llevadero. Y algunos han dejado entrar por primera vez en sus vidas a un nuevo compañero de piso, pero de cuatro patas. Primerizos, convencidos de que son los mejores amigos del hombre, y los que se han dado cuenta que todo es mejor con ellos -incluso actividades que hasta este momento les vetaban- miran a perros y gatos de otra forma. Y es que si, las mascotas son siempre una gran compañía, todavía más en tiempos de aislamiento. Se puede decir que se han convertido en nuestros convivientes más cercanos en estos tiempos.
Toda esta situación ha originado que la demanda de adopción o la acogida de mascotas, sobre todo perros, se ha disparado a nivel mundial, de Canadá hasta la India, pasando por Estados Unidos, donde entre marzo y septiembre del 2020 la cantidad de mascotas acogidas subió nada menos que un ocho por ciento. En este sentido, la pandemia también ha tenido sus cosas buenas, pues ha servido para que parte de la población se conciencie sobre la importancia de la adopción frente a la compra de animales de compañía y miles de perros mestizos más vulnerables y sin familia tuvieran una nueva oportunidad de tener una vida feliz. Curiosamente, también ha habido protectoras que han apostado por limitar las adopciones durante el confinamiento ante el temor a que esto de tener ahora una mascota no se deba a un interés real, sino por simple aburrimiento. Mientras que otros colectivos han visto en este momento, la oportunidad de dar a conocer situaciones de abandono a través de las redes sociales para encontrarle a estas mascotas una casa definitiva. Exposiciones, paseos de fin de semana con protectoras, visitas a albergues, protagonismo de perros y gatos en los medios de comunicación una serie de fórmulas válidas para conseguir lo más importante, encontrar nuestra media naranja entre las mascotas. Y por lo que se ve, funciona. Y cada vez son más las iniciativas que nos llaman la atención y que en muchos casos convencen a un futuro adoptante.
En España, las cifras hablan también de un incremento en los últimos meses del confinamiento, calculándose alrededor de un 4% de incremento, aunque las cifras reales podrían estar muy por encima si sumamos los ejemplares que a día de hoy no están registrados a pesar de ser reciente su “adopción”. Porque sí, en nuestro país se habla de que existen 13 millones y medio de mascotas, aunque la verdad exacta no se sabe al no existir una base de datos común nacional y depender en gran medida de las comunidades autónomas que no siempre facilitan datos, añadiendo el hecho de que en pleno siglo XXI todavía existen en España un número importante de ejemplares que no cuentan con microchip.
Dejando a un lado la cantidad, y volviendo sobre el tema de la calidad, los beneficios para la salud de tener una mascota están ampliamente documentados. La frase “el perro es el mejor amigo del hombre” no es una simple afirmación hecha, pues son un generador de buena energía, salud y felicidad para nosotros. Entre los beneficios que aportan podríamos destacar que reducen desde la tensión al estrés, ayudan a mantener una relación amistosa sincera, consiguen mejorar problemas físicos y psíquicos (timidez, retrasos cognitivos, nerviosismo, lentitud psicomotriz en los más pequeños y mejorar el estado de ánimo. Y, lo más importante de todo: dan cariño y nos hacen sentir acompañados en tiempos de distanciamiento social.
Los beneficios de tener mascotas van desde los peques que aprenden a gatear en su compañía, a los niños con problemas de conducta que los consideran “sus ángeles de la guarda”, el adolescente que necesita perder el miedo a relacionarse y lo hace en compañía de su perro, las personas que viven solas, los mayores que mantienen su ritual de paseos porque lo necesitan ambos, y hasta el ejecutivo que olvida los problemas del trabajo simplemente sentándose en el sofá con su amigo preferido de cuatro patas. Además, tener un perro puede ayudar a las personas a recuperarse de un trauma personal, como la pérdida de un ser querido. Esas son varias de las razones por las que perros y gatos siguen siendo nuestros mejores amigos. La complicidad con las mascotas está incluso yendo más allá y la “moda”, claro si tienes espacio, es poder compartir tu tiempo no solo con uno, sino con dos. Algo que pasa cuando decidimos compartir piso con nuestro novio o amiga y estos traen su propia mascota, como una compañía transitoria por una petición de acogida, o simplemente porque tenemos sitio para el o ella. Lo que está claro es que está es una tendencia que está en alza. En el caso de los perros, un 89% de los encuestados tiene, al menos, uno y la media ha crecido respecto en estos dos últimos años, siendo normal encontrar dos ejemplares en muchas casas. En el segundo puesto del ranking están los felinos, que se mantienen en 2,3 por hogar. Nada sorprendente ya que tanto los veterinarios como en las protectoras suelen recomendar tener dos. Como ampliación a este ranking social decir que los terceros de la lista son los pájaros, que han pasado de los 3,3 por hogar en 2018 a los 2,8 en 2020; y los siguen peces, roedores y reptiles, que también han caído de 2,3 en 2018 a 2 en 2020.
Lo que está claro es que en estos dos años se ha incrementado nuestra dependencia de estos “personajes” de dos patas que invaden nuestra intimidad con su bondad, su entrega total, simpatía y cariño.