La maternidad
Es, sin duda, uno de los instintos más fuertes de las gatas, como sucede en otras tantas especies animales. Si tu gata ha sido madre, habrás podido comprobar que ya desde que se encuentra en gestación empieza a mostrar su instinto maternal. Según se acerca el momento del parto, puede aislarse en un rincón de casa o buscar la compañía de su dueño para que le acompañe y ayude en este momento tan importante y especial.
Durante el alumbramiento, la mamá gata ingiere la placenta de cada cachorro, corta el cordón umbilical y le limpia delicadamente con lamidos para eliminar cualquier sustancia de su hocico que le impida respirar.
Tras esto se produce el primer amamantamiento de los pequeños gatitos. Para ello, la madre se tumba en el suelo ligeramente encorvada, pone una pata encima de los cachorros y ronronea por pura satisfacción y como respuesta a los sonidos emitidos por los pequeños.
A medida que van creciendo, la madre empieza a dejarles solos, con la confianza de que podrán valerse por sí mismos.
La alimentación
Otro de los instintos básicos de los gatos es el de la alimentación. Al contrario que los perros, que tienden a engullir toda la comida que tienen delante, los gatos suelen racionar su alimento en varias ocasiones, haciendo distintas comidas a lo largo del día (pueden incluso llegar a las 16 veces).
Los gatos son felinos con unas necesidades nutricionales muy específicas, y por eso hemos de cuidarlos ofreciéndoles un alimento natural que se adapte a todas sus necesidades. Además, dado que tienen un intestino corto y un rápido tránsito digestivo, debemos ofrecerles una alimentación fácil de digerir.
Y, como siempre recomendamos, debemos tener su bebedero lleno de agua fresca y limpia.
El instinto de lucha
Pues sí, nuestros queridos gatitos son de naturaleza peleona, demostrando ya desde cachorros que saben pelear con sus hermanos por conseguir el mejor puesto a la hora de conseguir leche de la madre. Desde los doce meses, el animal presenta unas actitudes agresivas que le servirán para integrarse en la sociedad felina, en la que es primordial ganar en los combates para obtener el dominio.
De esta forma, el ejemplar que sea más fuerte en el uso de sus zarpas y mordiscos, será reconocido por sus semejantes como el líder o el jefe del grupo.
Son diversos los motivos por los que un gato se pelea. La confrontación con un macho que supone una amenaza, la intrusión de alguien en su territorio, cuando algún extraño se acerca a su camada o cuando aparece una hembra de por medio. El enfrentamiento se produce en tanto en cuanto la superioridad jerárquica comporta otras responsabilidades, como la de procrear y transmitir así las propias características genéticas.
¿Por qué se erizan?
Seguro que alguna vez has visto a tu gato erizado. Se trata de una curiosa actitud que asumen los gatos y que realmente es muy parecida a la que hacemos los humanos ante una agresión: sacamos el pecho, gritamos y gesticulamos para intimidar.
Respecto a la posición del felino, cuando se eriza notaremos que extiende sus patas traseras más que las delanteras, forma una “U” con su espalda y eriza su pelo. Esto le ayudará a parecer más grande. Además, en ocasiones emite un bufido y muestra sus colmillos.
¿Qué más cosas dirías que hace tu gato por instinto? ¡Cuéntanos!