Las estadísticas en este sentido son abrumadoras y cada vez más crecen en el mundo los abandonos de estos seres sintientes, y la ignorancia en torno a cómo considerar su existencia es total, y muchas personas los cosifican en vez de considerar su verdadera naturaleza. Ante ello, si ven la necesidad de hacerlo, abandonan a sus “mascotas” a su suerte.
El maltrato animal lamentablemente sigue siendo noticia, pero también hay gran cantidad de personas que obran de forma sana y empática con ellos y se hacen cargo de lo que las otras personas hacen mal.
Ante la triste realidad de que nos podemos llegar a encontrar en cierto momento un perro abandonado, el primer impulso que nos surge es el deseo de querer llevárnoslo a nuestra casa y ofrecerle un hogar.
Si bien esta puede ser una de las mejores ideas que podamos tener, la misma debe ser considerada como un todo y con responsabilidad. Debemos pensar si estamos en situación de poder adoptar a ese perro que ya ha sufrido mucho y que necesita de toda nuestra energía y buenas predisposiciones.
¿Tenemos el espacio adecuado en nuestra casa o departamento para poder adoptarlo? ¿Le podremos dedicar el tiempo que requiere nuestro nuevo acompañante o trabajamos todo el día fuera de nuestra casa y resulta imposible invertir ese tiempo en su cuidado?
Estos son interrogantes que deberemos hacernos antes de tomar una decisión bien intencionada pero que puede resultar algo apresurada. Además, no todo siempre sale como uno puede imaginárselo y también debemos estar conscientes de ellos.
Es muy probable que ante las desgracias y padecimientos que este perro haya sufrido, él se sienta asustado y esto puede resultar un tanto peligroso debido a la reacción que pudiese llegar a tener.
Lo más sensato, por lo tanto, es avisar a algún tipo de cuerpo de seguridad que tengamos cerca. Aunque sabemos que a veces esto puede sonar un tanto utópico o descabellado, poder dar con alguien responsable que sepa cómo reaccionar ante esta situación, siempre es la opción más precavida.
También hay que tratar de agotar lo más que se puedan todas las instancias. Ya que muchas veces sucederá en estas situaciones que el animal se encuentre perdido y que no haya sido abandonado adrede. En esos casos, lo acertado será tratar de contactar por todos los medios que se tengan al alcance, a su propio dueño.
Hay que tener muy en cuenta que en estas circunstancias debemos ser muy cautelosos y tratar de no asustar más de lo que está al perro. De ser posible, abordarlo con cuidado y paciencia, siendo amables con él y ofreciéndole confianza. Así podremos evitar lo que sucede en muchas ocasiones, que el animal asustado huya de quien quiere ofrecerles cuidados e incluso pueda llegar a ocasionar algún tipo de accidente como, por ejemplo, de tránsito vehicular.
Es por todo esto que deberemos también percatarnos si el animal está o no herido, y si así lo estuviera, tratar de dar con un veterinario de forma urgente, a fin de ofrecerle una vida mucho más sana de la que esté transitando en ese momento.