1. Asumir que el rascado es parte del comportamiento natural del gato. Gracias al rascado mantienen sus uñas en perfecto estado, realizan estiramiento de su musculatura y es una forma de comunicación con otros miembros de su especie. Por lo tanto no se puede ni debe impedir ni castigar por ello.
2. Preferencias individuales. Cada gato tendrá unas preferencias en cuanto a su rascador. Los hay que prefieren la cuerda sobre el cartón, orientados verticalmente mejor que horizontal, etc. Existe una gran variedad de diseños y materiales, solo necesitan encontrar el que más le guste a tu gato.
3. Estabilidad. independientemente del tamaño y material, es IMPRESCINDIBLE que sea estable, es decir, que no se mueva mientras que el gato lo esta usando.
4. Tamaño: Cuanto más grande mejor. Los gatos preferirán rascadores en los que puedan estirarse por completo para dejar sus marcas a la mayor altura posible, así sus marcaras serán más visibles para otros gatos.
5.Localización: Es un punto importante. El rascador debe situarse en aquellos lugares en los que el gato pase la mayor parte del día. Por lo tanto la ubicación del rascador no la decidiremos nosotros, si no el propio gato.
6. Sustituir los rascadores deteriorados. Una vez que el rascador se encuentra muy deteriorado es necesario cambiarlo por uno nuevo. Puede hacerse una transición de varios días entre ambos rascadores, colocando el nuevo junto al antiguo.
7. Estimular su uso. Podemos jugar con nuestro gato junto al rascador e incluso impregnar el rascador con Catnip. Siempre que use el rascador deberemos premiarlo.
8. Paciencia: no forzar al gato a interaccionar con el rascador, ya que podemos crearle un trauma sin que nos demos cuenta.
Y vuestro rascador ¿Reúne estás características?
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