Un animal no es un producto material
Si deseas tener un gato, existen distintas opciones para lograr este objetivo. De un modo ético, la adopción es una decisión más positiva que la compra de una mascota. ¿Por qué motivo? Porque la adopción no está mediada por el valor de la compraventa como sí ocurre en la transacción económica de quien elige un animal en una tienda.
Desde el punto de vista ético y de los valores sociales, es más humano adoptar un gato, pensando en dar una nueva oportunidad a un animal abandonado. Y además, si existen niños en casa, se les envía un mensaje mucho más positivo a través de la adopción que a través de la compra, ya que en ese caso, los niños pueden confundir estos animales con un objeto material puesto que quienes venden mascotas adquieren un beneficio económico por ello.
Análisis de la situación
Además, cuando se produce una adopción de un gato, existe un análisis de la situación que no se produce al comprar una mascota. Por ejemplo, se intenta analizar si ese gato es el más adecuado para un entorno determinado.
Muchas personas abandonan a sus gatos en algún momento del año. Tristemente, existen muchos animales abandonados cuya vida puede cambiar por medio de la adopción.
Satisfacción personal
¿Por qué elegir entonces la adopción frente a la compra? Por medio de tu compromiso responsable, puedes colaborar en que un gato mejore su calidad de vida y su salud gracias a tu apoyo y los cuidados necesarios. Esto te aporta una infinita satisfacción personal. Mientras que en torno a la compra de animales surge el concepto del negocio propio del mercado, por el contrario, en torno a la adopción surge el humanismo ya que son estos valores los que propician este sistema.
Por tanto, así como el cariño de una persona no se puede comprar con dinero, conviene aplicar este mismo mensaje al vínculo entre una persona y su mascota. Cada gato es único e irrepetible en esencia.
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