Continuando el reportaje anterior "la doma natural del caballo (I)", una vez que hemos logrado la confianza con nuestro equino, es necesario tener en cuenta diversos aspectos que ayudarán a que la relación entre los dos se vaya estabilizando mucho más.
La clave fundamental es saber infundirle disciplina y confianza al mismo tiempo, sin permitir que el caballo se haga con el control de la situación, intentando manejar al amo, ya que si es así, éste estará en peligro constantemente.
Los juegos son una buena opción para que los esfuerzos comiencen a dar sus frutos y el caballo responda a las órdenes dadas.
Aprende a controlar al caballo
Controlar al caballo tiene como base fundamental saber manejar las riendas, pero también hay que prestar atención a la hora de colocar las bridas, puesto que reaccionará temeroso ante ellas si le producen dolor.
Hay que intentar que el animal abra la boca para insertárselas, una vez nos hayamos posicionado en su lado izquierdo.
Si se muestra reticente, lo más sencillo es presionar con el pulgar las barras bucales laterales donde no haya dientes.
Cuando lo hayamos conseguido, conviene cubrirle las orejas con la otra mano para pasar la testera por la cabeza sin que le roce, hasta colocarla en la nuca.
Las orejas conviene echarlas hacia delante, ya que hacia atrás le pueden provocar diferentes fracturas.
Posteriormente, tras tensar las correas y atar las hebillas, conviene comprobar si hay suficiente holgura entre su cabeza y las bridas.
Ejercicio con el equino mediante juegos
Un método muy recomendado para estimular la actividad y la vivacidad del caballo son los juegos.
A través de ellos se conseguirá incentivar su capacidad de reacción, manteniendo al equino espabilado, capaz de saber cómo actuar en cada momento, aunque su dueño no esté presente.
Para muchos adiestradores parece imposible jugar con un equino, pero lo cierto es que es el animal el que propone juegos al amo, sobre todo si es inteligente y está predispuesto a trabajar.
Es una manera de conocer más a fondo al caballo, saber cuales son sus defectos y sus virtudes, pudiendo anular esos fallos y fomentar esas óptimas cualidades. Además, así se logrará que el animal se concentre con mayor rapidez y sea capaz de prestar más atención.
Hay que hacerle diferenciar entre el juego y el trabajo mediante, por ejemplo, el amarre cuando está realizando la labor y la libertad cuando se trata de un ejercicio de ocio.
El juego aumenta la confianza consigo mismo y con su propietario. Una forma eficaz sería poner obstáculos en su camino que a él le resulten peligrosos o le hagan sentir inseguro.
Los primeros días rehuirá de ellos, pero, posteriormente, se convertirán en elementos cotidianos en su entorno y les irá perdiendo el miedo, hasta acabar jugando con ellos.
Esa reacción le permitirá, en otras situaciones, alejarse de aquello que le atemorice y luego volver cuando él lo crea conveniente.
Precauciones importantes con el caballo
Establecer una relación caballo-hombre no supone para muchos una gran labor, pero en la práctica no es tan sencillo, ya que si, por ejemplo, a la hora de intentar conseguir su confianza no toma el adiestrador la iniciativa, el animal acabará identificándose como el que domina la situación en cada momento.
Conviene evitar este tipo de eventualidades porque, al no controlar la fuerza que desprende, se pueden ocasionar graves problemas.
Además, aunque se haya sabido transmitir al caballo su posición en esta jerarquía bipolar, lo idóneo es ir siempre protegido para evitar lesiones.
Lo más recomendable es llevar constantemente consigo una fusta para controlar sus movimientos y que él, al mismo tiempo, sea consciente de lo que está bien o mal.
Una vez que la relación entre los dos esté claramente definida, el caballo responderá a las órdenes de su jinete.
Esta complicidad irá aumentando con el paso del tiempo hasta tal punto que no serán necesarias las riendas para dominarle.
Imagen dos caballos corriendo: cone_dmn / flickr
Imagen caballo detrás de valla: dgj103 / flickr
Imagen grupo de caballos: Bruce Mckay Yellow Snow Photography / flickr
Imagen caballos y personas: eººº / flickr