Cuenta una leyenda medieval de la ciudad italiana de Tarento que la mordedura de estas arañas acarreaba irremediablemente la muerte, a menos que el pobre afectado bailara y danzara hasta el agotamiento para poder expulsar el veneno por medio del sudor fruto de su titánico esfuerzo. De esta forma, el baile de la tarantela suponía el mejor remedio para evitar un desenlace fatal.
La verdad es que los arácnidos han estado muy vinculados a la historia del hombre desde tiempos muy antiguos. Un mito griego cuenta que Aracne, una de las mejores tejedoras de todo el país, desafió a Atenea en un alarde de vanidad para demostrar que ella era la que mejor tejía. La ofensa contra los dioses al representarles en su tela como locos y borrachos, produjo la cólera de Atenea, que la condenó a tejer hasta el fin de los tiempos.
Hoy, el cine fantástico ha contribuido a que, cada vez que se menciona la palabra araña, en la persona que la escucha se produzca un gesto de asco, inquietud o incluso pánico. Pero no a todas las personas les repugnan estos "animalitos". Actualmente, son muchos los que quieren tener una araña en su casa como animal de compañía. Sin embargo, el desconocimiento de esta especie trae como consecuencia que no se le presten los cuidados apropiados que necesita para vivir en buenas condiciones.
Características generales y fisionómicas
Existen más de 40.000 especies de arañas y su función principal en la naturaleza es depredar el gran número de insectos que existe. Las tarántulas, en su mayoría, son originarias del Centro y Sur de América y tienen un periodo de vida de 12 a 15 años. Al contrario de lo que mucha gente cree, el tamaño de éstas no tiene nada que ver con su toxicidad.
Poseen cuatro pares de patas y en lugar de antenas tienen quelíceros, que son apéndices terminales provistos de un gancho conectado a una glándula venenosa que inyecta a sus presas. Aunque la mayoría de los arácnidos son venenosos, pocos tienen la fuerza necesaria para inyectar su veneno y, aun lográndolo, sólo unas pocas llegarían a igualar su picadura a la de una avispa o una abeja. Lo que sí debemos saber, es que la mordedura es capaz de producir una infección bacteriana, por ello se aconseja lavar y tratar la zona con antiséptico.
Tienen cuatro pares de ojos simples, con la particularidad de que unos están adaptados para ver de noche y otros de día. Segregan un tipo de seda con la que fabrican sus telas, ayudándose de las patas posteriores que utilizan como peine. De esta forma, cuando algún insecto cae en su tela, la araña lo envuelve
en seda y luego succiona sus jugos.
Los artrópodos carecen de esqueleto interno como el que tienen los mamíferos, los peces, los reptiles o las aves. En su lugar presentan una estructura rígida externa (exoesqueleto) que en el caso de las tarántulas no crece, lo que implica que para crecer tienen que pasar una serie de mudas de exoesqueleto, hasta haber alcanzado su etapa de madurez. Durante la muda, es fundamental no molestarla, ya que está indefensa y un movimiento forzado puede deformarle los miembros.
La piel antigua puede retirarse con mucho cuidado y extenderse, de forma que se endurezca en la disposición que se quiera y así, poder conservarla y estudiarla. Las tarántulas que se han popularizado son, en su mayoría, dóciles con los humanos. Por ello, pueden estar en casa sin el temor de que, si se escapan de su terrario, representarán un peligro para la familia.
Accesorios y cuidados necesarios
A muchos arácnidos los caracteriza un pelaje que cubre patas y cuerpo. En el caso de la tarántula éste es más evidente en el abdomen y en la parte inferior de las puntas de las patas donde adquiere visos iridiscentes. Se aconseja el uso de guantes para manipular a la mascota, ya que este vello puede dar lugar a alergias en personas sensibles.
Conviene tener muy claro que a algunas tarántulas no les agrada que las toquen, ya que lo consideran una violación de su intimidad, aunque otras especies tranquilas lo aceptan con agrado. Cuando se haga es importante no apretar al animal. Hay que usar la mano como soporte, pasándola de una a otra si se decide a caminar.
A la tarántula hay que proporcionarle un hábitat lo más similar al natural. Para eso, se recomienda utilizar una pecera de vidrio horizontal de aproximadamente 20 litros. Debe ser bien alta para evitar que se escape. Hay que ponerle una tapa térmica con orificios para fomentar la ventilación y, por supuesto, una capa de gravilla fina que le sirva de suelo.
Además, es necesario mantener una temperatura de entre 21 y 24 ºC, aunque esto dependerá del lugar de origen del animal. La humedad también habrá de mantenerse. Para que su nueva casa no sea tan aburrida, se puede decorar la pecera de la tarántula con piedras, arena y algunas pequeñas plantas.
En cuanto a su alimentación, no hay que olvidar que estos animales requieren alimentos vivos, pues su dieta consiste en una gran variedad de insectos. Lo mejor es darles larvas, gusanos, grillos, de tamaño pequeño o adecuado a su tamaño. También hay que ponerles un recipiente con agua, y es importante recordar que es recomendable poner a una sóla tarántula por pecera.
Imágenes: Tanozzo, Luca Venturi Oslo, Wendorf Rodríguez, rahego, Hamner_Fotos / Flickr