El origen se remonta al siglo XIX, más concretamente al año 1870, y la situación se produjo en un juicio en (Missouri) Estados Unidos. Old Drum se llama el protagonista de esta historia, un perro de caza, de la raza Foxhound, que fue asesinado a tiros por el vecino de su dueño, Leónidas Heornsby. Su amo, Charles Burden, estaba realmente unido a su can, de hecho, el granjero siempre dedicaba buenas palabras a su perro y no pasaban ni un día separados.
Leónidas Heornsby había amenazado en varias ocasiones a Burden con que asesinaría a su perro si volvía a encontrarlo cerca de su casa, por eso cuando el cuerpo de su mascota apareció en la cerca de Heornsby, tuvo claro quien había sido el culpable.
En esa época los derechos de los animales no eran considerados importantes, y como no se trataban de humanos, la indemnización a pagar tenía un valor ínfimo.
Burden no se dio por vencido y le prometió a su compañero que vengaría su muerte, y así fue, se convirtió en el caso más viral de juicios por mascotas, cambiando la ley.
El granjero después de que no se lo tomaran en serio en la corte de Warrensburg, aprovechó la visita a Missouri del prestigioso abogado George Graham Vest para proponerle el caso y este, sin dudarlo, acepto.
Cuando llegó el día del juicio que cambiaría la historia, el abogado pronunció el siguiente discurso: “Caballeros del jurado: El mejor amigo que un hombre pueda tener, podrá volverse en su contra y convertirse en su enemigo. Su propio hijo o hija, a quienes crió con amor y atenciones infinitas, pueden demostrarle ingratitud. Aquellos que están mas cerca de nuestro corazón, aquellos a quienes confiamos nuestra felicidad y buen nombre, pueden convertirse en traidores. El dinero que un hombre pueda tener también podrá perderlo, se volará en el momento que más lo necesite. El único, absoluto y mejor amigo que tiene el hombre en este mundo egoísta, el único que no lo va a traicionar o negar, es su perro. Si la desgracia deja a su amo sin hogar y amigos, el confiado perro solo pide el privilegio de acompañar a su amo para defenderlo contra todos sus enemigos. Y cuando llega el último acto, y la muerte hace su aparición y el cuerpo es enterrado en la fría tierra, no importa que todos los amigos hayan partido. Allí junto a la tumba, se quedará el noble animal, su cabeza entre sus patas, los ojos tristes pero abiertos y alertas, noble y sincero, mas allá de la muerte.”
Tras estas palabras, Graham Vest, ablandó el corazón del jurado y del juez, el cual decidió subir la indemnización 400 dolares más por encima de los 50 que había que pagar anteriormente.
Esperamos que te haya parecido una historia interesante y que de ahora en adelante valores todavía más a tu mascota. ¡Nos vemos en el siguiente post!