Tal vez por la inexperiencia, o por falta de información, cuando introducimos a un perro como miembro de la familia, se cometen innumerables errores que provocan que la convivencia se convierta, a veces, en algo complicado, ya que creamos situaciones que confunden a nuestro perro, provocando que terminen haciendo todo lo contrario a lo que nosotros pretendíamos.
Por ello, hoy vamos a estudiar las más comunes y seguro que os sorprenderéis de más de una.
Usar lejía o amoniaco para limpiar las deposiciones de tu perro: La lejía, es un producto amoniacal y ambos, son atrayentes de micciones. La razón principal, es que la orina, al deshidratarse desprende un olor fuerte a amoniaco. Por tanto, limpiar la zona donde el perro ha hecho pipí con éstos productos es un grave error si lo que intentamos, es eliminar el olor o enseñarles que en casa no se hace. El mensaje que estamos transmitiéndole es: Aquí, puedes hacer pipí.
Lo ideal es usar productos enzimáticos, habitualmente utilizados para eliminar olores y manchas. Siempre aconsejo comprar un detergente de oxígeno activo que podéis encontrar ya en la mayoría de los supermercados.
Regañar a tu perro cuando no acude a la llamada: Éste es un error bastante común. Cuando el perro venga, aunque te haya costado 20 repeticiones, lo que se debe hacer es premiar la respuesta correcta. Sin embargo, vuestra frustración por la desobediencia os lleva siempre a actuar de la siguiente manera: Si tarda en venir, castigo. Y si no viene, le voy a buscar y castigo también. Ante ésta situación, el perro responde de la siguiente manera: Como me va a castigar, huyo para evitarlo.
Para iniciar la llamada os aconsejo que leáis el siguiente artículo:
http://www.canidostraining.com/algunos-trucos-para-que-tu-perro-acuda-la-llamada/
Retenerlo cuando quiere acercarse a algo o a alguien: Si el perro está ansioso por acceder a otro perro, a la mesa donde estáis comiendo, o a un juguete…reteniéndolo con la correa, sólo conseguiréis que sus ganas aumenten por la frustración que les provoca el no poder alcanzarlo. Lo ideal en estos casos, es dar una orden que tengan bien aprendida. Por ejemplo NO, SIENTA. Debéis trabajar con ellos que tú eres el que decide y ellos deben seguirnos. Eso es lo hace a un perro ser educado o no.
Despedirse al salir y saludar al entrar: Aunque parezca obvio y muchos ya lo sabéis, si vuestras pretensiones son que el perro permanezca tranquilo mientras está sólo, este simple gesto les ayudará a comprenderlo. En definitiva, con ello tratamos que la situación sea lineal. Es decir, que la diferencia entre que nosotros estamos en casa o no, sea la mínima. Por ello, al menos al llegar, debemos intentar no saludarlos, no hacer excesivo ruido, no hacer muchos movimientos y por supuesto no hacerles una fiesta.
No acariciar, ni tranquilizar cuando tienen miedo o están nerviosos: Ésta es una respuesta propia de la humanización que hacemos sobre el comportamiento del perro. Ellos no comprenden nuestro idioma. No entienden que estás intentado relajarlo, sino todo lo contrario. El mensaje que le estáis transmitiendo es: Me gusta que estés nervioso o tengas miedo. Como siempre la respuesta correcta, es ignorarlos o darles una orden que sepan hacer bien. Por ejemplo: NO, SIENTA. Espero que estos cinco consejos os hayan sido de utilidad. Si tenéis una situación complicada en la que creas que tu perro puede estar confuso, déjanos un comentario! Estaremos encantados de ayudarte.
Feliz día perrer@s!
María Morales Martínez
Educadora y terapeuta canino.
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