Desde Tailandia y el antiguo reino de Siam, nos llega esta espectacular raza de gato. El gato oriental, pariente del gato siamés, pero con algunas peculiaridades que le hacen ser más exótico.
El gato oriental llegó a Europa alrededor de finales del siglo XIX, aunque fue en los 70’s cuando su cría en el viejo continente se empezó a popularizar.
El gato oriental se caracteriza por sus rasgos afilados y esbeltos. Aunque su tamaño no es muy grande, su aspecto delgado y anguloso hace que se le compare con los perros de raza galgo y no es para menos, ya no sólo por su cuerpo, sino también por su nariz, estrecho y largo que puede fácilmente recordarnos a la cabeza de un galgo.
Además de su peculiar hocico, cabe destacar también sus grandes orejas que llaman claramente la atención sobre el conjunto de la cabeza. Sus ojos tienden a ser más bien almendrados con respecto a la redondez clásica de otras razas.
De pelo corto, pueden encontrarse de varias tonalidades, desde colores sólidos como negro, blanco, azul o marrones, hasta atigrados desde anaranjados a chocolates, pasando por los bicolores en blanco y negro. También se encuentran bicolores parecidos al siamés, diferenciándose de este por su estructura corporal.
En general son animales bastante cariñosos y sociales, al igual que sus parientes los siameses, lo que los convierte en una buena compañía.
¿Os gusta esta raza?
Imágenes/flickr: Lil Sepherd, 5chw4r7z y Nickolas Titkov