Al igual que un perro no sabe andar con la correa si no le enseñamos antes, los guías también deben aprender a usarla adecuadamente como lo que realmente es: un vínculo de comunicación perro-persona y no como una restricción al libre movimiento del animal.
Por eso es importante empezar en casa, sin distracciones, de forma relajada y en sesiones cortas sobre todo, si el perrete es muy joven o inexperto.
Relaja brazos y piensa que todo lo que haga el perro, tanto bueno como menos bueno, es porque le has dado la oportunidad de hacerlo. Por ejemplo, si se cruza por delante o por detrás, quizá es que haya demasiada correa suelta además de poca experiencia en andar a tu lado, si la muerde, puede que te hayas despistado y lleves el extremo colgando cerca de la cara del perro; Si se adelanta y tira, quizá es porque tú mismo te hayas tensado, tensando automáticamente la correa....
Plantéate qué esperas de tu perro y pon los medios necesarios para evitar errores, favorecer que acierte y, de este modo, que puedas premiarlo.
Lila es una braca, de tamaño mediano. Tiene 5 años, y es sociable, cariñosa y buena. Obediente y calmada, se lleva bien con el resto de perretes y personas.
Para más información sobre cómo apadrinar, acoger o adoptar a Lila contacta con: dan.asociacion@gmail.com