Artículo de Diego Marín A., tomado de La Rioja.com
Hasta pasadas las 02:00 horas de la madrugada del martes, se alargaron los trabajos de retirada de los animales y desescombro en Cenicero después de que un camión que transportaba 804 lechones volcara y se empotrara contra el frontón municipal en plena variante de la carretera N-232.
El conductor del vehículo, que fue excarcelado de la cabina por los bomberos, fue trasladado al hospital San Pedro de Logroño. El camión trasportada cerdos de la empresa navarra Biurrun y realizaba el trayecto entre Campanas (Navarra, cerca de Pamplona) y Zambrana (Álava) cuando sufrió un accidente en torno a las 16.00 horas del lunes.
El propio responsable de la empresa propietaria de los lechones, Carlos Biurrun, opinó que el siniestro pudo haberse producido por un despiste del conductor, aunque también podría haberse debido a un exceso de velocidad, pero las causas aún se desconocen. Y aunque no hubo pérdidas de vidas humanas sí que murieron cientos de cerdos.
Julián Somalo del Castillo, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de La Rioja, y encargado de sacrificar a los animales malheridos, calcula que solo 150 sobrevivieron indemnes al siniestro, otro centenar tuvieron que ser sacrificados y unos 550 murieron en el acto, de modo que, en total, perecieron en el accidente unos 650 lechones.
Somalo del Castillo recibió la noticia del accidente por medio de Igor Fonseca, director general de Agricultura y Ganadería del Gobierno de La Rioja, y se personó junto a un ayudante del Matadero Municipal de Logroño sobre las 20.30 horas para sacrificar a los animales heridos con pistolas de aturdimiento.
Antes, el personal de Biurrun ya había acudido a Cenicero y recogido con otro camión a los cerdos supervivientes. El Gobierno de La Rioja informó de que, aunque no es su competencia, se prestó a contactar tanto con un veterinario como con una empresa especializada para que gestiona los cadáveres de los cerdos muertos, a fin de contribuir a la salud pública y el restablecimiento del tráfico en la N-232, que desde primera hora de la tarde hasta la noche sufrió retenciones a causa del siniestro.
La asociación protectora Animales Rioja y el dueño de los animales, Carlos Biurrun, presentes en el lugar del accidente, se quejaron de la tardanza con la que acudió un veterinario al lugar del siniestro para poder dar «una muerte digna» a los animales malheridos y de la inexistencia de un protocolo de actuación en estos casos.
Y es que, pasadas las 02:00 horas, todavía había lechones agonizantes, sepultados bajo los escombros.
El suceso
El accidente de tráfico sucedió el lunes a las 16.00 horas en la N-232 a la altura de Cenicero. El camión que transportaba ganado porcino volcó y se estrelló contra el frontón de Cenicero, motivo por el que el camionero que conducía el vehículo tuvo que ser excarcelado por los bomberos que se desplazaron hasta el lugar del accidente, junto a la Guardia Civil, ambulancias y Protección Civil para ser trasladado al Hospital San Pedro.
El chófer, antes de ser ingresado, alertó a su jefe de la empresa Biurrun, S.L., dedicada a la comercialización al por mayor y al transporte de animales vivos para dar parte de lo acontecido. El tráfico rodado se vio condicionado en la zona dado que muchos animales vivos quedaron sueltos en el entorno y otros se habían colado en las fincas aledañas.
La asociación Animales Rioja, presente en el lugar, criticó que «no existe un protocolo de actuación en estos casos para saber cómo actuar cuando se produce un accidente con animales vivos».
Carlos Biurrun, dueño de los lechones, pensaba igual: «En otras regiones, cuando hay un accidente así, son las comunidades, el Seprona... los que deben recoger a los animales y decidir qué se hace con ellos.