El propósito del projecto es no sólo enseñar a la gente a respetar a los perros señalizados como que necesitan espacio, sino además a descubrir si tu perro es uno de ellos. La idea se desarrolló de forma local en Alberta (Canadá), a través de la entrenadora canina Tara Palardy. En un principio Tara pensó en extender el sistema a través de amigos y otros entrenadores de forma regional, pero la idea gustó y se ha globalizado, hasta el punto que se encuentran asociaciones Yellow Dog Project en países tan dispares como Japón, Australia o Chile. A Tara se le quejaban muchos clientes de que la gente se acercaba de forma abusiva a sus perros que a veces eran muy miedosos, y se asustaban, o eran cachorros y estaban intentando mantenerles bajo control, o sencillamente porque su perro hembra estaba en celo. Si los perros eran pequeños los niños se acercaban como si fueran un juguete nuevo. Le comentaban que les gustaría que existiera alguna forma de hacer entender a la gente que sus perros no podían ser molestados y que debían mantener la distancia. A Tara se le ocurrió la idea de poner a este tipo de perros un lazo amarillo para indicar a la gente en general que debían respetar su espacio. Se eligió el color amarillo porque aunque denota precaución, no da sensación de peligro. La idea a transmitir era que había que proteger a esos perros de la gente, y no al revés.
En Septiembre de 2012 se abrió la página de Facebook con 250 amigos y clientes de la entrenadora. Y el milagro comenzó. Seis meses más tarde eran 15.000 los seguidores. Pronto la sociedad se constituyó como ONG, y todo el dinero recaudado de la venta de lazos amarillos es utilizado para dar a conocer su propio significado cuando ese lazo amarillo se encuentra atado a la correa de un perro.
En la página web de la ONG existe un apartado para ‘voluntarios’ para todos aquellos interesados en participar y ayudar. El principal objetivo del proyecto es extender la idea de que ciertos perros no quieren o deben ser molestados y que debemos respectar su espacio. Así mismo, también es interesante la concienciación general de que antes de acercarnos a ningún perro deberíamos preguntar a su dueño, pues muchas veces nuestra presencia no es bienvenida por el animal. Y también debemos educar a los niños en la forma correcta de acercarse a un perro desconocido para evitar accidentes y encuentros desafortunados que muchas veces dejan un mal sabor de boca al niño, haciéndole temeroso de los perros para el resto de su vida por una mala reacción que podría haberse evitado.
Porque tienes un perro tímido o muy miedoso, porque le acaban de operar, porque tiene displasia y dolores… nuestros perros se merecen que se respete su espacio.
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