Hasta ahora ningún investigador se había puesto de acuerdo en la causa, sin embargo, la respuesta la han encontrado una serie de investigadores de la Universidad de Colgate, de Nueva York. Estos investigadores han descubierto que el problema de la corta longevidad en los perros más grandes la debemos encontrar en los radicales libres del oxígeno. Los radicales libres son moléculas inestables y muy reactivas que para conseguir la estabilidad modifican a moléculas de su alrededor provocando la aparición de nuevos radicales, por lo que se crea una reacción en cadena que dañará a muchas células y puede ser indefinida si los antioxidantes no intervienen.
El problema que sucede en los perros más grandes es que poseen metabolismos rápidos que consumen una cantidad de energía muy superior a la de perros de tamaño pequeño. Este gran desequilibrio produce daños celulares que se manifiestan en unos años acortando la vida de los animales. Los radicales libres provocan que pierdan electrones y procuran recuperarlos robándolos a las células del cuerpo, dañando a las células en el intento. El cuerpo del perro genera moléculas antioxidantes que neutralizan a estos agentes nocivos, pero cuanta más energía produce un organismo, más radicales libres escapan para hacer daño. Es el pez que se muerde la cola.
Afortunadamente, este hallazgo ha hecho que los investigadores estén trabajando para evitar que se produzca este desequilibrio y se garantice una mayor esperanza de vida para los perros de tamaño más grande. ¿Esperemos que encuentren resultados prontamente!
Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro”
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