En la última década, la peritonitis infecciosa se ha expandido por todo el mundo sin distinguir sexo ni edad entre los gatos.
Síntomas de consecuencias fatales
Los síntomas de esta fulminante enfermedad son letargia, pérdida de peso, hinchazón del abdomen, apatía, fiebre intermitente, falta de apetito o inflamación de los órganos internos. Sin embargo, cuando estos signos hacen su aparición, cualquier remedio resulta prácticamente inútil.Actualmente, no existe tratamiento alguno para esta silenciosa y letal enfermedad; incluso es posible que la muerte se produzca sin que hayan aparecido síntomas. En estos casos, se diagnostica a través de la autopsia.
Contagio fácil
El contagio de esta infección es, por desgracia, común y sencillo. El contacto con otros gatos afectados y la utilización de comederos y cajas de arena son posibles vías de transmisión. Es esencial mantener la higiene, lavando cada semana la bandeja sanitaria.El animal también puede contraer el mal sin salir de casa, ya que es frecuente que el virus se propague a través de la suciedad y el polvo que quedan adheridos a la suela de los zapatos. El gato suele jugar con el calzado de su amo, y es entonces cuando inhala las sustancias contaminantes.
La única solución
La única forma eficaz de prevención es la inmunización. Se trata de una vacuna única, sin variantes, que se comercializa a escala mundial. Su aplicación resulta bastante curiosa: es la única que se administra mediante una cánula vía intranasal. La aplicación de las defensas ha de repetirse pasado un mes y, después, una vez al año.Es muy importante recordar que todos los machos y hembras que vayan a dedicarse a la cría deben estar debidamente vacunados contra la peritonitis. De esta manera, los cachorros que nazcan estarán más protegidos y estimularán los anticuerpos maternales hasta la edad en que puedan vacunarse.