La naturaleza y miles de años de evolución han convertido a los conejos y los perros en animales incompatibles para convivir entre ellos, destinados a representar uno el papel de presa y otro el de cazador... pero ¿seguro que esto tiene que ser así?. Según nuestra experiencia no y si sigues leyendo sabrás cómo conseguir que un conejito y un perro puedan vivir en la misma casa a través de nuestra experiencia.
Cuando por casualidades de la vida un bonito conejito blanco y negro apareció en nuestra vida el problema se hizo evidente, ¿Cómo tenerlo en nuestra casa sin que nuestro perro, una mezcla de Rottweiler y labrador de 32 kg. de peso acostumbrado a perseguir conejos salvajes por el campo, lo atacará o le hiciera daño aunque fuera sin querer jugando? Estos son los pasos que seguimos y que nos funcionaron.
1. Primer contacto en sitio neutral
Los perros son animales muy defensivos con su territorio y celosos con los intrusos, esto de por sí no es malo pero es un problema cuando tenemos un perro en casa y entramos otro animal en el hogar porque puede verlo como una invasión a su territorio y reaccionar atacándolo. Por ello es importante que se conozcan en un lugar que ninguno de ellos considere propio.
Durante este primer contacto mantén siempre a tu perro con la correa puesta y el bozal si fuera necesario, mientras que tu conejo estará siempre protegido del perro y otros peligros dentro de un transportín seguro adecuado para su tamaño y no saldrá en ningún momento. De esta manera tendrás a ambos animales dentro de un entorno controlado.
Mientras sujetas firmemente la correa de tu perro deja que se vaya acercando al transportín poco a poco y observa su reacción y la del conejo. Si tu perro se limita a oler un poco o directamente se muestra indiferente habrás avanzado mucho, si, como en nuestro caso, tu perro se muestra excitado y acerca mucho el morro a la rejilla o incluso rasca la jaula transportadora apártalo un poco para no asustar al conejo y repite el proceso hasta que se vaya acostumbrando a su presencia.
Ambos animales ya se habrán conocido, con mejor o peor resultado, y es el momento de llevarlos a los dos a casa.
2. Preparando un entorno seguro en tu casa
Este seguramente es el paso más importante ya que es clave para una buena convivencia entre un perro y un conejo que en tu casa tengas todo lo necesario para que tu conejo disponga de un espacio seguro a la vez que espacioso que lo mantenga separado de tu perro. Es esencial para su calidad de vida que tu conejo disfrute de un recinto cerrado donde se sienta cómodo y pueda moverse a diario para hacer ejercicio e ir aclimatándose a su nuevo hogar.Las típicas jaulas tradicionales no te servirán en este momento si tu perro no deja de husmear y moverla todo el día creando ansiedad al conejo y haciendo que no quiera salir fuera de la jaula a pasear. Será una situación muy divertida para tu perro al tener un "juguete vivo" con el que distraerse, pero la vida de tu conejito se convertirá en un infierno de miedo constante sin duda muy perjudicial para su salud y calidad de vida.
Una opción muy recomendable en estos primeros pasos de convivencia entre perro y conejo es adquirir ciertos tipos de hogares para conejos que son un complemento o alternativa a las jaulas de toda la vida como las jaulas modulares o parques para conejos, geniales para proporcionar un sitio amplio y vallado donde tu conejo pueda correr a placer sin sentir el acoso de tu perro y permitirte salir de casa a trabajar o hacer vida social con toda tranquilidad. Estas opiniones podrían serte útiles para ver distintos modelos de hogar y escoger el más adecuado para tu caso.
3. Primeras salidas controladas
Con el paso de los días tu conejo se irá sintiendo más seguro y podrás pasar al siguiente paso: dejar que salga de su casita y explore el resto de la habitación. Como seguramente al principio todavía puede haber imprevistos por parte de tu perro y miedo a él por parte del conejo, aprovecha cuando salgas a pasear a tu perro para dejar que tu conejito salga de su reciento y se dé una vuelta en vuestra ausencia. Solo asegúrate de tener la habitación a "prueba de conejos" protegiendo muebles, cables u otros objetos peligrosos que pueda morder o tragar.El siguiente paso de esta fase es repetir este proceso pero estando tú dentro de la habitación. Sobre todo no lo agobies, cojas o persigas ya que lo único que conseguirás es que vuelva asustado a su recinto a esconderse y esté más receloso de salir la próxima vez. Si se acerca a ti puedes premiarlo con un pellet de pienso o una acaricia suave, pero sin forzar nada y dejar que lleve él siempre la iniciativa.
Finalmente debes volver hacer un proceso parecido al de la fase 1 pero en tu casa, dejando que el conejo salga a la vez que mantienes el perro atado y con bozal si es preciso. A estas alturas tu perro ya debería estar acostumbrado a su presencia pero podría estar un poco excitado al verlo suelto -si es que sale-, tu tarea entonces es mantenerlo tranquilo y sentado y premiándolo con chuches cuando lo haga (te resultará muy útil que tu perro entienda las órdenes de "quieto" y "tumbado").
4. Permitiendo el "libre" acceso
Una vez tu perro se ha acostumbrado a ver al conejito paseando por la habitación sin excitarse es el momento de pasar al siguiente y último escalón cuya meta es dejar la puerta de la casa de tu conejo siempre abierta y que estén en la misma habitación interactuando amistosamente bajo tu supervisión. En este punto tu perro ha entendido que para ti -su proveedor de alimentos, cuidados y cariño- el conejo no es un animal cualquiera sino un miembro más de la casa, lo respetará aunque sea para complacerte y tú deberás reforzar su buena actitud con premios y caricias.
Es importante no bajar la guardia y estar siempre atento al estado de ánimo y lenguaje no verbal de tu perro cuando el conejo esté cerca de él, ya que cualquier descuido como dejar que ponga su pata encima del lomo del conejo podría resultar mortal para él. Deja siempre una vía de acceso abierta hacia el hogar de tu conejito para que pueda volver rápidamente a su refugio si se siente en peligro o incómodo, este detalle a ti te será muy útil para entender su estado de ánimo.
Por último recordarte que por precaución nunca dejes a tu conejo libre por la habitación con tu perro si tú tienes que salir de casa, cuando tengas que marcharte asegúrate antes de dejar a tu conejo dentro de su casita por si las moscas. Y sobre todo ten paciencia durante el proceso y no te preocupes si tienes que retroceder de nuevo a la fase anterior, la recompensa final merece la pena y vivirás muchos momentos muy divertidos viendo interactuar a tus mascotas.
Esperamos que nuestra experiencia te haya sido de utilidad para resolver tus dudas y logres la misma convivencia feliz y tranquila que nosotros con tus amigos peludos.