Toda el agua dulce que llega a nuestros hogares tiene un solo origen, el agua de lluvia. Puede parecer que esta agua es la más indicada para un acuario por su aparente limpieza, pero no es así, sobre todo en las grandes ciudades donde hay una gran contaminación atmosférica y el agua de lluvia se carga de todas ellas.
El agua que mantiene unas características más estables y mejor calidad, es el agua corriente del grifo.
Composición del agua
El agua es el resultado de la combinación de dos gases, el hidrógeno y el oxígeno.
La calidad del agua del acuario, así como su composición química, son aspectos fundamentales para todos los seres vivos que contiene el acuario.
Para el cuidado de los peces y las plantas, debemos prestar especial atención a las siguientes características: el pH, la dureza, la conductancia y la resistencia. Debemos conocer que son, como afectan al acuario y como las podemos controlar.
En los acuarios marinos, debemos prestar también atención a la densidad del agua, que habitualmente contiene 35 gramos de sal por litro, aunque depende de los mares a los que hagamos referencia, por ejemplo en los océanos polares, la densidad baja a 30-33 gramos litro, mientras que en el Mediterráneo y en el mar Rojo, esta densidad aumenta hasta los 38-40 gramos por litro.
Medir el pH del agua
Las siglas pH provienen de “potencial de hidrógeno”. La acidez o alcalinidad del agua se expresa mediante pH y varía entre 0 y 14, siendo 0 la máxima acidez y un pH de 14 significa que estamos ante un agua muy alcalina. El pH 7 es neutro.
Todas las semanas se debe medir el pH del agua del acuario, para determinar la calidad del agua.
Los peces continentales requieren un pH entre 6,5 y 8,5, mientras que los peces amazónicos que viven en aguas negras prefieren aguas blandas, entre 6 y 7, las especies de África oriental prefieren un pH entre 7,5 y 8, en todo caso, en cada una de las fichas de los peces de acuario, tienes los parámetros de pH recomendados.
Para medir el pH del acuario lo más sencillo y práctico, es utilizar el método colorimétrico.
Existen varios tipos de test en el mercado, unos más precisos y capaces de medir un rango mayor de la escala de pH y otros proporcionan lecturas más bajas.
Suelen utilizar una solución líquida, contenida en un Kit de análisis de pH. En este Kit encontraremos una rueda de colores y un reactivo.
Para conocer el pH del acuario, se compara el color de la mezcla del agua y el reactivo, con los colores de la rueda.
Medir la dureza del agua
La dureza del agua mide la cantidad en sales de calcio y magnesio, contenidas en el agua del acuario.
Hay varias siglas para expresar la dureza del agua, pero la que vas a encontrar en casi toda la información son los grados alemanes, dH.
El dH se mide en miligramos, y nos dice la cantidad de sales disueltas por litro de agua. Cuanto más alto es el dH, más dura o alcalina es el agua.
Un agua dura tendrá un pH elevado, y un agua blanda debería ser más ácida.
Podemos medir la dureza del agua (dH), mediante un método de colorimétrico que utiliza reactivos, para determinar la dureza del agua en función de que se tiñan de un color o de otro.
Dureza calcárea o de carbonatos
Casi todas las aguas contienen bicarbonatos, que se miden en grados KH. La presencia de bicarbonatos influye en la regulación del pH, y como consecuencia, sobre la salud y el desarrollo de los organismos que viven en el acuario.
Un valor de KH entre 5º y 18º es el aconsejado para la mayoría de peces continentales, mientras que los peces de grandes lagos africanos, necesitan durezas carbonatadas mas altas, y los peces marinos necesitan que los valores KH estén entre 15º y 18º.
Conductividad y resistividad del agua
La conductividad y resistividad del agua se basa en el principio de paso de corriente eléctrica entre dos electrodos, y permite determinar la mineralización del agua.
Un agua dura transmite más fácilmente la corriente eléctrica, porque contiene una gran concentración de minerales.
La resistencia es exactamente la medida inversa, un agua dura y muy mineralizada, presenta una resistencia muy baja, de modo que la corriente pasa fácilmente de un electrodo a otro. Es el caso del agua del mar.
Podemos conocer estos parámetros, poniéndonos en contacto con el servicio de aguas de nuestra localidad.