Además, es una de las razas más relacionadas con el lobo, con lo que se le atribuyen actitudes más salvajes que a otros perros. Ser más fuerte, más cabezota, incluso para algunos ¡más agresivo!
Bueno, deja que te quita el miedo: en realidad, el Husky Siberiano tiende a ser un perro más bien tímido.
A pesar de la expresión hosca de sus manchas, de su tamaño y de su (sin duda) enorme fuerza física, el Husky es un animal receloso con los desconocidos, que suele preferir un acercamiento lento y que se asusta si le vienen gritando y haciendo aspavientos: ¡qué perrito tan guapo, pero mira qué guapo eres!
Con confianza y con aquellos a los que considera su familia es un animal increíblemente fiel, muy cariñoso, al que le gusta jugar tanto como pasar tardes en el sofá, con manos acariciándolo y mirando la televisión.
Eso sí, no todo lo que reluce es oro: el Husky no solo es cariñoso y leal, también es un perro muy activo, y si no hace todo el ejercicio que necesita, empezarán los problemas.
¿Qué problemas puede dar un perro cariñoso y leal que fácilmente supera los veinte kilos y necesita abundante ejercicio en su día a día? Solo por poner unos ejemplos…
Tirones de correa. Te va a destrozar los brazos.
Destrucción de tu propiedad. Mordisqueo y golpes son los más comunes.
Escapismo. Los Husky tienen mucha facilidad para escapar de casa.
Ladrido compulsivo. Aunque los Husky no ladran con frecuencia, el estrés puede volverlos muy ruidosos.
Correr dentro de casa. Golpeándolo todo, tropezando contigo, tirándote al suelo.
¿Es bonito? No. ¿Tiene solución? Desde luego, y no es nada complicado. Solo debes asegurarte de que tiene lo que necesita.
Marcos Mendoza
PD: ¿Quieres conocer más sobre el adiestramiento de un Husky Siberiano? Entra aquí y aprende todo lo necesario para tener un perro feliz, saludable y bien comportado. Adquiere este libro hoy mismo y comienza a disfrutar de una vida plena junto a tu amigo de cuatro patas. ¡Te espero allí!