El problema es que a diferencia de los gatos que no necesitan bañarse(salvo contadas ocasiones), a tu perro vas a tener que bañarlo de vez en cuando.
Ese baño incluye: ducha, gel, aclarado y secado. ¿Y qué hacer si tu perro no se deja?
Hoy te cuento cómo bañar a un perro con miedo al agua, descubre las claves para facilitar el manejo de este delicado momento, para conseguir que el trance sea lo más tranquilo y posible.
Recomendaciones para que tu perro no tenga temor al agua
Me parece importante antes de explicarte cómo bañar a un perro con miedo al agua, contarte cómo lograr que tu mascota tenga una buena relación con este elemento desde el comienzo.Estos consejos te funcionarán como medida preventiva para cachorros o adultos:
No debes obligar nunca a tu perro a entrar en el agua.
No lo castigues de ninguna forma ni bajo ninguna circunstancia.
No lo bañes demasiado, podría ser perjudicial para su salud.
Sigue las recomendaciones de tu veterinario de confianza, la frecuencia de los baños dependerá de diversos factores como su tipo de pelo o su estilo de vida.
No uses el agua como forma de castigo.
Mantén la calma, ya que es la única manera de transmitir tranquilidad a tu perro. Si los nervios te invaden, deja el baño para otro momento. Tu actitud es vital para que ese rato sea lo menos desagradable para tu compañero de vida.
Utiliza solo productos de higiene para perros, porque si no lo haces podrías provocar problemas dermatológicos, lo que podría aumentar el rechazo del perro al baño.
Prepara todo antes del baño para tener lo necesario a mano. Así podrás realizar la tarea con rapidez y eficacia, y sin dejar solo a tu perrete.
Comienza únicamente con un lavado sencillo, con una sola aplicación de champú.
Controla la temperatura del agua. Se aconsejan unos 39 °C, pero lo mejor es que sea tu perro el que decida lo que más le gusta o le hace sentir bien. Así que, adapta la temperatura a su gusto.
Enjabona y echa agua en áreas de su cuerpo poco comprometidas, como las patas, por ejemplo, para poco a poco acercarte a su cara, que suele ser la zona que más rechazo o miedo causa. Esto dependerá del perro, pero te aconsejo que lo vayas observando para adaptarte a sus tiempos.
Cómo detectar si un perro tiene miedo al agua
Quiero que conozcas ciertos comportamientos habituales que te indicarán lo que siente tu perro respecto al agua. Algunos te resultarán evidentes, pero otros quizá no tanto.Es fundamental conocer algo de lenguaje canino para evaluar las emociones de tu perro y saber si estás actuando de manera adecuada, o si, por el contrario, estás provocando una situación estresante.
Si has llegado hasta aquí es que educas en positivo y mi objetivo es que tu perro asocie de forma positiva el baño, pero para ello, has de estar especialmente atento a los signos de miedo.
Si quieres saber bañar a un perro con miedo al agua, has de seguir leyendo y conocerle mejor.
Orejas hacia atrás, pupilas dilatas, cuerpo encogido y la cola escondida entre las patas.
Intenta escapar, se queda paralizado o revela conductas agresivas.
Refleja muchas señales de calma como bostezos, relamidos o jadeos.
Se siente y se niega a entrar en la ducha o la bañera.
Si lo llevas con collar y correa intentará soltarse.
Si consigues que entre, e intenta salir repetidamente.
Cuando intenta escapar, tira lo que se encuentra por el camino e incluso se sube encima de ti si lo estás sujetando.
A veces, es el propio ruido del agua al abrir el grifo el que detona el miedo.
Algunos perros aúllan o gimen.
Si te resultan familiares algunos de estos comportamientos, puede que te encuentres ante un caso de miedo al agua e incluso ante una fobia.
Te cuento en el siguiente punto cómo bañar a un perro con miedo al agua, utilizando técnicas de refuerzo positivo adaptadas a un perro que refleja miedo.
Cómo bañar a un perro al que no le gusta el agua
Aunque te he dado algunas recomendaciones para que la relación de tu perro con el agua sea buena, ahora es momento de focalizar este post en animales que muestran miedo cada vez que vas a darles un baño.11 PASOS A SEGUIR PARA MEJORAR LA EXPERIENCIA DE TU COMPAÑERO DE VIDA:
1. Trabaja tu actitud. Trata a tu perro con firmeza y seguridad. Cuando digo ser firme, no quiere decir ser que le trates con violencia verbal o física(NI SE TE OCURRA). Has de manejar la situación con tranquilidad para transmitirle seguridad y esto hará que acepte mejor una situación que no le gusta.
2. Pon en la base de la bañera una alfombrilla u otro material antideslizante. Esto proporcionará calma a tu perro, ya que sin esta precaución resbalaría sin parar, aumentando su nerviosismo y desazón. Si no dispones de alfombrilla puedes poner una toalla grande doblada, así será más difícil que el perro la pueda quitar con sus patas.
3. Mantén al perro tranquilo dentro de la bañera antes de iniciar el baño. Para ello puedes ayudarle con caricias, palabras de afecto o con su premio favorito comestible.
Felicita a tu perro cuando esté sentado o quieto. Quiero que prestes atención a esto: no le des un premio cuando, por ejemplo, esté intentando salir de la bañera, ya que podría entender que alabas sus intentos de escapismo.
No es fácil lograr esto, sobre todo cuando el perro tiene la bañera mal asociada. Podría ser interesante incluso hacer varias sesiones de tolerancia en la bañera antes de proceder a un baño real.
4. Empieza a abrir el agua, una vez conseguido el paso anterior. Es probable que tu perro se vuelva a inquietar por el ruido. Para que no ocurra esto, puedes poner el grifo al mínimo, y no la ducha.
Es recomendable tener cerca un vaso grande o una jarra para mojar y aclarar. Si tu perro se vuelve a poner nervioso, tendrás que calmarlo antes de mojarlo. Según cómo evolucione, puedes aumentar el flujo de agua o incluso, abrir la ducha.
5. Despeja la bañera de botes o cualquier otro elemento que pueda caer fuera o dentro de ella. Bañar a un perro con miedo no es fácil y lo mejor es evitar que haya caída de objetos mientras estás con esta importante tarea.
También es aconsejable tener el champú a mano en el suelo o dejarlo en el suelo de la bañera. Piensa que cualquier percance en este sentido, si algo cae, si el perro se golpea o si sencillamente se asusta por el ruido, puedes echar por tierra todo el trabajo.
6. Comienza a mojar las patas y asciende por el pecho. Hay perros con miedo que si se procede con calma, y delicadeza y con el efecto relajante del agua caliente, pueden terminar por aceptar el baño desde ese momento. Recuerda recompensarlo cuando esté quieto o sentado.
Sin embargo, si vuelve a ponerse nervioso, has de empezar de cero, procurando que vuelva a estar quieto antes de seguir mojándolo. A continuación, pasa del pecho al lomo y luego a la cola.
No hace falta lavarle la cara, pues podría asustarse y al final, puedes hacerlo con una toalla mojada sin aumentar la tensión de forma innecesaria.
7. Deja a tu perro sentado si lo prefiere. Respeta esto, no fuerces a que se levante. Soy consciente de que el lavado no será el ideal, pero en este sentido, es mejor su comodidad y su tranquilidad, por encima de todo. Si en futuro no muestra miedo, ya habrá tiempo de bañarlo de pie.
8. Cierra el grifo y empieza a enjabonar. Cuando ya hayas mojado a tu perro, apaga el agua, y enjabona con suavidad. En este punto, no quiero que te preocupes porque el empapado sea perfecto, aquí lo que importa es que tu perro pierda el miedo a ese contexto.
Enjabonar es un paso que suele ser aceptado, pero has de estar siempre alerta para mantener la calma y repetir el patrón si es necesario. Si se pone nervioso, ten paciencia, para, tranquilízalo y una vez logrado, dale un premio.
9. Vuelve a abrir el agua para aclarar. Una vez hayas puesto el champú, puedes seguir el mismo orden corporal que te he dado para mojar el perro. Después, vuelve a abrir el grifo y aclara siguiendo los mismos pasos dados para empaparlo.
10. Haz un baño de una sola aplicación. Lo habitual es que un buen baño implique aplicar champú dos veces, pero al tratarse de un perro con temor, basta con dejarlo en un único repaso hasta que más adelante se acostumbre y acepte mejor estas situaciones.
11. Seca con toallas. No le seques de buenas a primeras con herramientas de secado. Hazlo con toallas y quítale toda la humedad posible. Utiliza el secador solo si el perro lo tolera.
Si no es el caso, sigue el mismo modelo empleado para el baño, es decir, tranquilízalo para mantenerlo quieto, prémiale cuando lo consiga y para cuando se sienta inquieto.
Con estas recomendaciones sobre cómo bañar a un perro con miedo al agua, seguro que empezarás a notar cierta mejoría en la aceptación del baño por parte de nuestro perro.
Pero si esto no es así y crees que el problema puede residir en que tu perro asocia la bañera o la ducha de casa con algo negativo, puedes acudir a un servicio profesional de peluquería canina como GosyGat en Valencia.
La prioridad de este centro es el respeto, la seguridad y bienestar de tu animal de compañía. Empatizan con cada animal y se esfuerza en comprender sus necesidades.
Se preocupan por su nivel de estrés, y por eso ofrecen un trato personalizado, siempre pensando en cada caso concreto. Tu perro no solo saldrá más guapo que nunca, sino que tendrá una experiencia positiva que querrá repetir sin malos tragos.
Quiero recordarte que este post es meramente informativo y ante cualquier duda sobre el estado de salud de tu mascota o si necesitas asesoramiento profesional, acude a tu veterinario.
Respeta sus tiempos, sus necesidades. Sé paciente y quiérelo tal y como es.
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