Si tenéis que inyectar insulina a un gato diariamente y este no se deja, no os preocupéis. Al principio, algunos animalitos diabéticos necesitan insulina diariamente y obviamente, intentan evitar que se les pinche con bruscos movimientos que complican la inyección.
La diabetes es una enfermedad que afecta a muchos gatos sobre todo a partir de los 8 años y que les acompaña durante su vida. Por eso, debemos acostumbrarlos a la aguja aunque sus movimientos imposibiliten el pinchazo. Aquí os dejo una posible solución para inyectar insulina a un gato:
El mayor problema de inyectar insulina a un gato es aprender a mantener al animalito estable y tranquilo. La mejor solución es comprar una jaula pequeña. Esta debe ser más pequeña de lo normal, de tal manera que el gatito tenga poco espacio para moverse. La jaula debe tener agujeros para poder introducir la jeringa. De este modo, conseguiremos pinchar a nuestra mascota desde casa sin sufrir arañazos ni provocar situaciones de estrés y nerviosismo en nuestro gato cuando intenta escapar.
Esto sólo sucederá al principio, ya que poco a poco vuestro gato se acostumbrará a estos pinchazos diarios y no opondrá resistencia. Así que no os preocupéis porque con el tiempo dejaremos de usar la jaula.
Recordad que las inyecciones de insulina no duelen, así que ¡ánimo! Solo tiene que acostumbrarse.