¿Cómo ayudar a nuestro gato en una mudanza?
Nuestros gatos notan que hay más movimiento en su casa, cambio y desaparición de muebles, cajas por todas partes… Y después los llevan a un lugar desconocido donde no conocen la mayoría de la cosas, no saben donde esconderse, todo huele distinto…Siempre que hemos hablado de evitar problemas de estrés y conducta en nuestro gato ante distintos cambios hemos dado especial importancia a la prevención, porque hacer las cosas de forma premeditada y con tiempo facilitará mucho la adaptación.
Antes de la mudanza
Lo primero de todo es que nos pongamos en su lugar y si tiene algún comportamiento extraño, ocasionado por el estrés, nos lo tomemos con paciencia.
Debemos mantenernos lo más tranquilos posible, ellos son como esponjas y notarán nuestro estado de ánimo.
Podemos ayudarnos de productos naturales como feromonas faciales (tanto en la nueva como en la antigua casa) o relajantes naturales empezando a dárselos 15 días antes de que comiencen los cambios.
Si nuestro gato lleva bien el desplazamiento en trasportín, podemos llevarlo antes de la mudanza al nuevo domicilio para que pasee por el mismo, vaya dejando sus feromonas y el día de llegada no sea todo nuevo.
Mientras metemos todo en cajas y movemos muebles podemos habilitar una habitación con todas sus cosas para que esté más tranquilo.
Durante la mudanza
Debemos tener mucha paciencia con nuestro gato porque es un cambio muy grande para él. Deja su casa, hace un viaje en trasportín (que algunos gatos llevan muy mal) y se encuentra en terreno desconocido. Tener sus cosas colocadas le ayudará a sentirse un poco más como en casa.
Podemos llevar a nuestro gato cuando ya tenemos todo colocado. Si lo hacemos antes lo ideal es dejarlo en una habitación con sus cosas para que no pueda hacerse daño con los movimientos de muebles, cosas mal colocadas… y evitando también así el estrés.
Después de la mudanza
Si el gato está muy nervioso podemos dejarlo un tiempo en la habitación que habíamos habilitado para él. Cuando se relaje le abriremos para que pueda explorar.
Dedicaremos algún rato a jugar con él, acariciarlo, darle latita… De esta forma iremos positivizando el nuevo hogar.
Crearemos lugares seguros en los que pueda esconderse como cajas, zonas altas, rascadores, huecos debajo de la cama. A Zelda por ejemplo le encanta esconderse en el armario entre mi ropa.
Es posible que ante el cambio intente marcar con orina, heces o arañazos el nuevo hogar. Para evitarlo podemos frotar una toalla con su cara de forma suave y luego frotarla en las esquinas de muebles y paredes a su altura para que al pasar lo identifique como zona conocida. También conviene colocar sus rascadores en las zonas principales de la casa para evitar que arañe otras superficies.
Adáptate a tu gato
Eres el que mejor conoce a tu gato y por ello sabrás donde le gusta esconderse, cuales son sus lugares favoritos para dormir, sus juguetes preferidos… Ayúdate de todo ello para hacer que en la nueva casa se encuentre a gusto y feliz.Además, sabrás sus formas de mostrar el estrés. Zelda, por ejemplo, suele orinar fuera del arenero por lo que tenemos que colocar varios areneros, mantenerlos limpios e intentar colocar difusores de feromonas y darle Zylkene unos días antes para evitar al máximo el marcaje.
Link tiene reacciones mucho más exageradas. Se asusta muchísimo ante las cosas nuevas y conviene mantenerlo en una habitación hasta que se acostumbra. Lo bueno es que con un poco de tiempo y algún relajante natural enseguida se adapta a las novedades.
¿Te has mudado con tu gato o planeas hacerlo? ¡Cuéntame si has tomado alguna medida extra para que esté más tranquilo!