En la mayoría de los casos, cuando los gatos están infectados, se nota una pérdida de brillo en el pelaje y además una pérdida de peso considerable, aunque esto siempre depende del tipo de parásito del cual estemos hablando.
Sepa o no si tu gato necesita desparasitarse, lo mejor es que lo lleves al menos dos veces al año al veterinario para que lo pueda limpiar de parásitos de la forma correcta.
Lombrices o solitarias
Este tipo de parásitos internos son los más famosos porque son los que más suelen atacar a nuestras mascotas. Al principio, los síntomas de este parásito apenas se notan y solo se pueden ver a través de las heces del gato. Para saber si tu gato tiene este tipo de parásitos, debes fijarte muy bien en sus heces cada vez que le vayas a limpiar su caja de arena.
Este tipo de parásitos viven en los intestinos de nuestras mascotas.
Qué pasa cuando la infección ya es muy grande
En caso de que la notes que la cantidad de parásitos es muy grande, la puedes ver claramente por una pérdida de peso constante, vómitos e irritación.
Anquilosomas
Los anquilostomas son un tipo de parásitos que se comen la sangre del gato. Este tipo de parásitos viven en el intestino delgado y hacen que el gato comience a tener múltiples enfermedades sin una razón aparente. Además, son capaces de crear una severa anemia en el gato.
En los casos severos, se puede detectar este tipo de parásitos ya que las heces se comienzan a ver negras y el gato tienen vómitos constantes. Para los gatos ancianos o los gatos muy jóvenes, este tipo de parasito es mortal.
En los casos más graves, comienzan a aparecer grietas en las almohadillas de las patas.