El Ctenocephalides felis, al que todos conocemos como pulga, es el parásito que más comúnmente puede afectar a nuestros gatos junto con los ácaros. Aunque nuestro gato esté perfectamente alimentado y cuidado, puede contraerlas.
Por ello, es muy importante estar atentos ante cualquier cambio de comportamiento, pues puede indicar la aparición de la Ctenocephalides felis. Pero, ¿cómo sé que mi gato tiene pulgas?
La primera señal de alerta por el Ctenocephalides felis, como hemos dicho antes, es que tu gatito muestre un cambio en su comportamiento, y este generalmente viene porque pueda empezar a rascarse compulsivamente (ojo que a veces esto no tiene nada que ver con las pulgas si no que puede ser causa de otras enfermedades).
Para cerciorarte, lo mejor es hacer tú mismo un examen a tu mascota:;
- Si tu gato es de colores claros y pelo corto, las pulgas se podrán ver prácticamente a simple vista, sobre todo fijándote en la zona de las patas traseras. Aparecerán como pequeños puntos negros que se mueven rápidamente.
- En el caso de que el manto sea muy oscuro y/o largo, puedes ayudarte de un peine fino y una toalla clara. Al cepillarle, caerán pequeños huevos o restos que serán visibles en la tela.
Además, otros síntomas que puede presentar el felino es que tenga menos energía en general, juegue menos... Esos pequeños bichos suelen ser muy molestos y pueden hacer que se sienta incómodo.
Recordad que además de desparasitar adecuadamente a vuestros gatos, debéis lavar bien la ropa de cama, cubresofás, limpiar los colchones, cojines, etc. por si las pulgas hubiesen 'saltado' de su pelo a nuestra vida.
Imágenes/Flickr: Stephen Dann, some Toast y Keyyb.