De seguro que has ido alguna vez a un supermercado y te has encontrado con un montón de figuras de conejos de chocolate. También hay huevos coloreados que, en ocasiones, también están rellenos de chocolate. Se trata de una tradición llamada conejo de Pascua. Es una tradición en muchos países, sobre todo en América. Aunque en Europa también se pueden encontrar algunos sitios donde se celebra lo referente a los huevos, es más una tradición americana.
Existen diferentes versiones de la leyenda que sustentan esta cultura, aunque con el paso del tiempo están muy deformadas. En este artículo vamos a contarte la leyenda del conejo de Pascua y el por qué de dicha tradición. ¡No te lo pierdas!
Origen de la tradición
El origen de esta tradición se remonta varios siglos atrás. Se trata de una especie de culto pagano que se realizaba a la diosa Astarté. Esta diosa representaba la continuidad de la vida a través de la fertilidad y la reproducción. Dado que el conejo es una especie que se reproduce con mucha facilidad, varias veces al año y con gran número, era el icono perfecto para representar la fertilidad. Por ello, durante los primeros días de abril, cuando comienza la primavera y las temperaturas son más agradable, se celebraba el comienzo de la fertilidad y la época de reproducción.
Que mejor que escoger como símbolo de aquella tradición a los conejos. Su alta tasa de reproducción y facilidad en el crecimiento indica que la vida puede continuar a través de las siguientes generaciones. El nombre de la tradición fue modificado por los anglosajones como Easter, que significa Pascua. De ahí viene el origen de esta festividad.
Esta festividad fue trasladada al marco de la religión cristiana. Es en esta religión donde se le da más importancia a la reproducción y la continuidad de la vida, por lo que el conejo de Pascua se convirtió en una creencia. Fueron los alemanes quienes los introdujeron en Norteamérica a finales del siglo XVIII. Desde entonces, se ha estado comercializando conejos hechos de chocolate con el aliciente de que los niños tengan un premio por portarse bien.
Leyenda del conejo de Pascua
La historia de la leyenda recoge el pasaje por el que Cristo muere. Se habla de la existencia de un conejo en los pies del sepulcro y de cómo los fieles iban a llorar y lamentar la muerte del mesías. El conejo permaneció toda la noche y todo el día a su lado. Al tercer día, el conejo pudo observar a los ángeles viniendo del cielo y removiendo la piedra que tapaba el sepulcro. Es ahí donde pudo observar a un hombre que comenzó a desenvolver las sábanas con la que estaba cubierto y volvió a la vida.
Es entonces donde el conejo comprendió que era el verdadero hijo de Dios y fue a dar la noticia de su resurrección a todo el mundo. Evidentemente esto es una leyenda, dado que un conejo no puede hablar ni sabe que una persona está reviviendo. Sin embargo, se ha trasladado de generación en generación y parte de ello se encuentra en la comercialización de conejos de chocolate.
¿Por qué un huevo de Pascua?
Como hemos mencionado antes, no solo hay una tradición del conejo debido a la fertilidad y la continuidad de la vida, sino que también hay una tradición de huevos de Pascua. Esta tradición está vinculada a la leyenda anterior y establece como una especie de continuación de la historia. Y es que, el hecho de que el animal no pudiese hablar para comunicar al mundo acerca de la resurrección de Cristo, el conejo decidió regalar huevos llenos de color para transmitir alegría y regocijo.
Es así como esta costumbre se ha ido transmitiendo tras generaciones. Ahora, las familias se regalan golosinas de chocolate en forma de huevo cada domingo de Pascua para rememorar la salvación y esperanza de todos los hombres.
Sin embargo, el huevo como símbolo no es de origen cristiano, sino de la antigua civilización egipcia. En esta civilización se tenía al ave Fénix como el ídolo que pudo resurgir entre sus cenizas en forma de huevo. Las personas intercambiaban los huevos en forma de expresar las esperanzas de que no todo está perdido y los deseos de una renovación.
El huevo también ha participado como un elemento de tradición que significa la existencia de vida en su interior y es considerado como señal de fertilidad en otras culturas como la china y la persa. En estos países se regalaban unos a otros huevos pintados con tinte natural como símbolo de la fertilización y la reproducción.
Origen alternativo de Pascua
Otro origen que tiene esta tradición y que no tiene nada que ver con el conejo de Pascua es aquella que dice que en la época de Pascua la Iglesia prohibía la consumición de huevos. Estos cuarenta días se le privaban a las personas de numerosas comidas, ya que con huevos se pueden hacer muchos platillos. Esta situación de prohibición del consumo de huevos obligaba a los campesinos a recolectar todos los huevos que ponían las gallinas sin venderlos.
Si se deshacía de los huevos también estaba cometiendo un pecado, por lo que su producción estaba estancada y los huevos se acumulaban a montones. Al finalizar la Cuaresma, lo que se hacía era regalar los huevos que se habían almacenado a todas las personas que acudían a la iglesia durante el Domingo de Resurrección. Con el paso del tiempo, la tradición se fue modificando y los que regalaban los huevos, primero los iba decorando de diferentes colores para ser más vistoso y tener mejor detalle.
Los colores con los que se decoraban los huevos guardan significados específicos. Al principio se comenzaron a pintar de rojo, como símbolo de la sangre que derramó Cristo. Sin embargo, se fueron añadiendo algunos colores como el amarillo y el azul que representan la luz salvadora y el periodo de la Pascua.
Una vez los huevos se comenzaron a pintar, la industria chocolatera se aprovechó para comercializar dichos productos y disfrutar de las ganancias extras durante la época de Pascua.
Espero que esta información te haya aclarado dudas sobre el conejo de Pascua y la tradición que hay.
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