Es por ello que resulta tan sano poder interactuar con nuestros animales, principalmente con nuestros perros, los cuales, en la gran mayoría de los casos, terminan convirtiéndose en un miembro más de nuestras familias.
Pero la convivencia, como con cualquier ser vivo, a veces puede tener ciertos resquemores y nos ser tan hermosa como se cree. Hay hábitos, costumbres, situaciones, que nos pueden generar malestar y es por ello que hay que aprender a lidiar con ellos a fin de pulir esos malos tragos y no dejar que por estos motivos se empañe la relación que podemos tener con nuestros perros.
Uno de los casos más resonantes seguramente será el tema de la higiene. Y es que de por sí, los perros no son los animales más pulcros sobre la faz de la Tierra. Si bien hay razas que son más limpias per se que otras, la gran mayoría de los canes no cuentan entre sus virtudes más destacables la pulcritud.
Para ello debemos tener muy presentes qué costumbres queremos que adopten nuestros perros y cuándo deberemos ponerles límites. Hay quienes disfrutan sobremanera la presencia de su animal en la cama, y otras personas que sencillamente no lo toleran por más que amen a sus mascotas. Si el segundo caso es el que más te identifica, el límite es claro: no permitirle que suba a tu cama. Te aseguramos que luego de repetírselo un par de veces, a tu perro le quedará más que claro el mensaje de lo que puede y de lo que no puede hacer.
Los ladridos de nuestras mascotas pueden resultar otro punto de conflicto por el que no lleguemos a disfrutar por completo la convivencia con ellos. Te presente que el ladrido es la forma más genuina que los perros tienen de comunicarse. Por lo que reprimírselo no es algo sano. De todos modos y como en todos los órdenes de la vida, hay límites saludables que se deben respetar. Si tu perro es de los que ladran por todo y a cada rato, no estará mal que de vez en cuando lo retes a fin de que comprenda que su ladrido puede llegar a molestar.
Ahora bien, es tiempo de que tú asumas tus responsabilidades. Y entre ellas entran los paseos. Bien sabemos cuánto disfrutan de salir nuestros canes, y a veces, y más en los meses fríos y de noche, hacerles el paseo que ellos requieren puede resultar una tarea apoteótica.
Pero debes saber que, entre las responsabilidades de saber cuidar a tu mascota, no solo se contabilizan alimentarlo bien y llevarlo al veterinario cuando es necesario, sino que los paseos resultan una forma sumamente necesaria para que nuestro perro pueda recrearse, tomar aire fresco y, en definitiva, ser feliz. Y claro está que, si de verdad amas a tu mascota, lo que más buscarás de tu vínculo con él es que sea feliz.