Las personas que tienen perros o gatos son más felices. Al momento de acariciar las mascotas nuestro cuerpo produce hormonas, las cuales generan motivación, mejoran el estado de ánimo, dan bienestar y felicidad, también surgen sensaciones de cuidado y protección.
Las funciones familiares encaminadas a la educación y cuidado de la mascota pueden aportar en los niños un sentido de responsabilidad, sensibilidad, compromiso y autoestima.
Las mascotas dan fiel compañía, están siempre pendientes del amo (excepto Martina jajajaja) y muchas veces consuelan en momentos de tristeza, son dadoras de amor incondicional y siempre estarán esperando nuestro regreso al hogar. Reconocen a cada miembro de la familia, su personalidad y carácter ya que son muy observadoras.
Se puede aprovechar y salir diariamente a dar un paseo con la mascota, caminar o trotar 30 minutos 3 veces al día. Esta rutina servirá para incrementar la actividad física y así mantener un estado de salud adecuado previniendo enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, obesidad, depresión, estrés, etc.
Tener un perro o un gato puede estimular el sistema inmune en los niños, una gran ventaja para la prevención de alergias y enfermedades comunes en esta etapa de la vida.
Las mascotas pueden proteger a sus amos de peligros vitales. Los perros pueden avisar cuando alguien se acerca a la casa y lo manifiestan de distintas formas: ladrando, saltando o corriendo. Muchos caninos participan en labores de rescate, algunos entrenados y otros lo hacen instintivamente. Se han escuchado muchas historias en donde los gatos defienden con toda su energía a los miembros de su familia.
Los perros y los gatos son seres maravillosos que vienen a enseñarnos a vivir con amor incondicional, cooperación, unión y felicidad. Ellos al igual que nosotros piensan, sienten y tienen emociones, es por esto que debemos velar por su cuidado, alimentarlos adecuadamente educarlos y amarlos.
Imágenes: Dog and cat together y happy cat de shutterstock