El Gos D'Atura es el prototipo de los perros pastores catalanes desde el desarrollo de la ganadería extensiva en Cataluña a principios del siglo XV.
Pese a las continuas investigaciones, sigue sin estar claro el origen de este perro. Unos estudiosos opinan que desciende del Pastor Bergamasco, que fue introducido en la Península Ibérica por la civilización romana, mientras que otros creen que procede del Pastor de los Pirineos, e incluso del Lebrel de las Landas. A modo de síntesis, es muy probable que las características del Gos D'Atura se hayan ido fijando mediante aportaciones de todas estas razas y otras oriundas del Pirineo oriental.
Un perro pastor
Durante los últimos siglos, este perro ha sido utilizado para desempeñar la función para la que está verdaderamente capacitado, el pastoreo, función que en la mayor parte de los casos invalida cualquier otra misión como proteger propiedades mobiliarias o cuidar de los niños. Al principio de su irrupción en la Península, los rebaños tenían numerosas cabezas, con una mortalidad elevada y con una superficie dedicada a la alimentación extensa, por lo que el pastoreo era un cometido aislado, circunscrito a economías de subsistencia y de pequeño comercio en las ferias comarcales. Por este motivo, no fue nada difícil que la pureza de la raza se conservara sin problemas pese a puntuales cruces con perros de similar porte de la zona.
A medida que esta actividad fue haciéndose menos común y la trashumancia en el ámbito local fue desplazada por los medios de transporte moderno y por las explotaciones ganaderas más desarrolladas, se produjo un retroceso en el número de perros que atendía el ganado. Un hecho que repercutió en la protección de la raza y en su descendencia.
La primera referencia al Gos D'Atura aparece en una obra sobre tabla del Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Tríptico de San Esteban, en el cual puede verse una escena en la que unos monjes benedictinos están pastoreando con la ayuda de un perro con características prácticamente idénticas al Gos D'Atura. Con ello, nos remontamos nada menos que al siglo XV, fecha de la introducción de la ganadería en la economía de los somontanos del Pirineo oriental.
Carácter
Este perro, en su ambiente natural, ha sido seleccionado no por su belleza ni por su pureza, sino por su carácter. A un ganadero lo que le interesa es que un perro pastoree bien, no un can que se adapte a sus necesidades primarias, descuidando la relación con el trabajo que le ha encomendado su propietario. Por ello, el carácter que nos ha llegado hasta hoy del Gos D'Atura Català hay que considerarlo como una característica más de su raza, una vez que se ha ido mejorando su conducta producto de las necesidades del hombre.
La primera cualidad del Gos D'Atura es la compenetración con su dueño, o mejor, su compañero. Es un perro huidizo y desconfiado con los desconocidos y precisamente es este temor a todo lo ajeno a su entorno, lo que le convierte en un perfecto vigilante de pequeñas explotaciones ganaderas. No es en absoluto un perro agresivo, pero si ha de combatir lo hará con una increíble valentía, sin mesura.
Es un perro con gran personalidad. Desea más un compañero que un dueño, intuye más que obedece, es un compañero alegre, despreocupado por lo que no le afecta en su labor, pero al mismo tiempo pendiente del dueño, al que a veces se le resiste a la hora de acatar órdenes contradictorias.
Imágenes: Terranai, Marga-, Fturmog, Emedeme (de Flickr.com), y Wikipedia.org