Animado por la fuerza estética del mundo marino, has tomado la decisión de montar un acuario en casa. Pero, antes de actuar precipitadamente, debes saber que la acuariofilia es una disciplina que exigirá ciertos requerimientos. Más allá de la función decorativa que pueda cumplir este fragmento de la naturaleza dentro de tu salón, hay que recordar que estás tratando con seres vivos.
La belleza de los peces es innegable. La fantasía de su colorido unida a la variedad inmensa de su fisonomía, nos abre las puertas de una de las partes más ignoradas y atractivas de la naturaleza. Si se ha despertado en ti el interés por estos silenciosos animales, la mejor forma de no equivocarte a la hora de adquirir todo lo necesario para comenzar a tener un acuario, es que acudas a una tienda especializada y te dejes asesorar por un buen profesional.
Los consejos aportados por un acuarista son esenciales para disfrutar de tu afición sin contratiempos, ya que son muchos los aficionados que, por falta de información precisa, han visto como sus peces no han resistido mucho tiempo. En Acuario Polinesia, Feliciano Martín nos habla de las especies más demandadas, de los errores más comunes y de los primeros pasos que hay que dar antes de lanzarse a comprar el material.
El éxito del acuario tropical
La primera disyuntiva a la que nos enfrentamos una vez metidos en materia, es la elección entre agua dulce o marina. "El 90% de las especies que se comercializan pertenecen a agua dulce tropical", asegura el responsable de Acuario Polinesia. Así pues, dentro del acuario dulce existe la posibilidad de agua fría o caliente, siendo la segunda opción, también llamada tropical, la favorita del público aficionado.
Los acuarios dulces tropicales se clasifican por zonas geográficas: amazónicos, sudeste asiático, centroamericano o cíclidos africanos, entre otros. El más común es el amazónico dentro del cual incluiremos peces como los escalares o los disco. Estos últimos son muy longevos, acompañándonos hasta una década siempre que se respetan las pautas del especialista: "la edad media del pez depende de los cuidados que le demos fuera de su hábitat, pero tiene también mucho que ver la especie a la que pertenezca", nos aclara Feliciano Martín. Por otro lado, el acuario de cíclidos africanos también tiene mucho éxito porque se trata de peces muy robustos y resistentes.
La evolución del aficionado
Feliciano Martín nos revela que, la mayoría de los aficionados, comienzan por el acuario dulce tropical debido a su gran variedad de especies. Una vez alcanzada cierta técnica, se pasa al acuario marino o de agua salada. "Hay quien sigue en la dulce porque se mete en la reproducción, pero lo normal es que el verdadero acuarista se decante por el marino". En cuanto al dulce de agua fría, los peces típicos son fácilmente reconocibles.
Estamos acostumbrados a ver peces de color naranja y blanco en los mercadillos a pie de calle. Al margen de las condiciones poco saludables en las que se mantienen estos peces, Feliciano Martín nos aclara de qué pez se trata: "la carpa es el pez por excelencia del acuario dulce de agua fría; la gente piensa que esta especie lo aguanta todo". De este modo, si queremos prolongar la vida de la carpa, son necesarios cambios de agua y filtración, aunque sea mínima.
Si al principio nos damos cuenta que nuestro pez es incapaz de probar bocado, no debemos preocuparnos. La hostilidad con la que reciben los inquilinos al recién llegado hace que éste se esconda e intente pasar desapercibido. La territorialidad de los que más veteranos obliga al nuevo a retraerse por miedo a ser atacado. Poco a poco, saldrá de entre las rocas y plantas para integrarse en la comunidad.
El agua: cambios y preparación
Si apostamos por el agua dulce, tanto fría como tropical, es necesario realizar un tratamiento previo a base de acondicionadores que eliminen determinadas materias como cloro y metales pesados. "El agua del grifo no es biológicamente adecuada para utilizarla directamente. Es necesario echar una cantidad precisa de acondicionadores en función de los metros cúbicos del acuario". Respecto al marino, el agua debe ser tratada con unas sales especiales que encontraremos en los establecimientos específicos.
Los cambios de agua son la base que permite renovar el equilibrio interno. En palabras del experto: "un acuario es un recinto cerrado y por tanto el agua se tiene que renovar pero siempre de forma parcial; del orden del 20%". La frecuencia de los cambios de agua es un aspecto que obedece al número de peces que habiten el acuario; así, se recomendará realizarlo semanal, quincenal o mensualmente.
Igualmente, debemos cuidar el pH del agua. Para controlar la acidez o alcalinidad del líquido, existen medidores que, por medio de electrodos, ofrecen una medida precisa del mismo. "El pH 7 es el neutro; todo lo que quede por encima es alcalino y por debajo es ácido", explica Feliciano Martín. Debemos tener en cuenta la especie elegida, ya que, por ejemplo, los cíclidos exigen un pH de entre un 8,5 y un 9. En cuanto a la temperatura, con el acuario de agua fría no habrá problemas pero el tropical necesita entre 25 y 30º C.
Protagonistas del equilibrio
Estrellas del acuario tropical son igualmente las plantas y las rocas. En lo que respecta a las primeras, sin duda, las mejores son las naturales: "las plantas artificiales no aportan nada al biotopo, son materia inerte", insiste el dueño de Acuario Polinesia, añadiendo que "las plantas naturales forman parte del biotopo, se alimentan del nitrato, una sustancia nociva que se produce en cantidades importantes en el acuario y que debemos eliminar gracias a la ayuda de los cambios de agua y, por supuesto, de las plantas naturales".
Uno de los factores más peligrosos para la salud de los peces es la comida, que no se aprovecha puesto que se produce un ciclo que atiende al nombre de nitrificación. Según el especialista "el alimento cae al fondo, se pudre y genera amoniaco, nitrito y luego nitrato". Las soluciones que nos sugiere Feliciano Martín son, por un lado, recurrir a buenos filtros biológicos y, por otro lado, incluir dentro del acuario colidoras: "son los peces 'basureros' que se comen lo que queda en el fondo del acuario; es su sistema de alimentación".
En el ámbito de las rocas, es fundamental comprar rocas en tiendas especializadas porque solo así sabremos a ciencia cierta que esa roca químicamente no será tóxica para este ecosistema marino. "El granito es inerte y se puede meter dentro, pero con calcáreas como el mármol hay que extremar las precauciones porque contienen mucho carbonato que hace que el pH suba".
El encanto del acuario marino
Decantarse por un acuario de agua salada son palabras mayores. La acuariofilia concede a este tipo de sistemas una categoría superior. Aunque el esfuerzo económico que requiere es más elevado, merece la pena prendarse de estos ejemplos de mar. Dentro de ellos, la gama de especies alcanza un número increíble. Si bien es cierto que dentro del dulce podemos incluir algunos invertebrados, las posibilidades del marino siempre estarán por encima.
Corales, guppys, payasos, damiselas, mariposas, ángeles, anémonas, "la oferta de esta clase de acuarios es enorme pero sus cuidados son muy especiales. Comenzando por la arena y la roca viva; componentes de referencia para un acuario salado, y terminando con la particular iluminación de estos ambientes marinos; llamada actínica, el marino es la meta de cualquier aficionado".
Las denominadas macroalgas son prioritarias dentro de este sistema marino, pues participan de la regulación del mismo. Sin embargo, existen otro tipo de algas menos beneficiosas dentro del dulce tropical: las microalgas. "Estos organismos cubren las plantas y las asfixian impidiendo que realicen la fotosíntesis". Para eliminarlas, lo único que hay que hacer es seguir al pie de la letra las indicaciones profesionales desde el primer momento.
Si nos sentimos atraídos por la incomparable belleza del acuario marino pero, ni tenemos el tiempo suficiente, ni los conocimientos adecuados, podemos unirnos a una la moda del "Nanoreef", un pequeño arrecife que introducirá el mar en casa. "Son acuarios de unos 6 litros en los que se mete arena y roca vivas, dos peces pequeños, una gamba, una esponja y una anémona", define Feliciano Martín, asegurando la estabilidad del biotopo procurándole los cuidados correctos.
Imágenes: JoseJiménez, Manuel Martin Vicente, jacilluch, Manuel Martin Vicente, Manuel Martin Vicente / Flickr.