Fui a comer y ví que había menos comida que la última vez..., cuando fui a echarme la siesta estaba el gato durmiendo… ¿qué más tengo que aguantar?
Mi dueño tenía que haberse informado de las precauciones que tiene que tomar a la hora de incluir un nuevo miembro en el nucleo familiar.
Debería habernos metido en una habitación a cada uno durante un rato para que dejáramos nuestro olor y luego intercambiarnos, y así acostumbrarnos al olor y familiarizarnos. También podía poner al nuevo en un transportín para que yo le olisqueara con calma, y viceversa.
Pero el momento de la verdad llega al vernos en persona (o al vernos en ‘gato’, mejor dicho) que nos sirve para presentarnos. Si es posible que podamos vernos las caras en un espacio abierto para huir si hace falta, mejor.
Por último deciros que los gatos somos animales bastante independientes y si tenemos buenos lazos de amistad con nuestros dueños y una cierta variedad de juguetes y lugares donde esparcirnos no necesitamos necesariamente un nuevo congénere a nuestro lado. No tenemos porque sentirnos solos. Vivir con otro gato puede salir bien pero tiene que haber un proceso de aclimatación.
Si decidís darle compañía a vuestro minino con otro como él, adelante. Podemos llegar a querernos mucho, pero sed cautelosos.
¡