La compra de perros, gatos, aves y otros animales ha descendido en un 10% durante la última década según se desprende de un estudio realizado por la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía.
Afortunadamente, la gente cada vez es más consciente de que los animales no pueden ser objeto de una transacción económica, y más teniendo en cuenta la cantidad de animales que esperan ser adoptados en santuarios, protectoras y perreras.
A pesar de este descenso en la compra de mascotas, España sigue siendo el país en el que más abandono y maltrato animal se da en Europa. Aún sigue siendo legal el sacrificio de perros y gatos por falta de espacio en perreras, por lo que ese descenso del 10% nos abre las puertas hacia la esperanza.
Porque podrías pensar que el descenso del 10% de la compra de mascotas no tuviera por qué indicar que se han dejado de comprar y ya, no. La buena noticia es que la gente está más sensibilizada y opta más por la adopción.
El desconocimiento sobre dónde poder adoptar a una mascota empujaba a muchos adoptantes a recurrir a la compra de los mismos, sin embargo, y gracias a las redes sociales, las asociaciones y protectoras son cada vez más visibles y, por ende, aquellos animales que nadie veía y que acababan muriendo solos entre cuatro húmedas y frías paredes si antes no eran sacrificados, ahora pueden ser adoptados afortunadamente a la viralidad de sus casos.
Facebook, Twitter o Instagram se llenan de casos urgentes de perros, gatos y aves en adopción que urgen ser adoptados, y esto ha dado lugar a que la compra en tiendas de mascotas haya descendido.
Creemos firmemente que esta tendencia cada vez irá en alza pero sí instamos a las instituciones que prohíban de una vez la venta de animales que suelen venir en la mayoría de los casos de mafias que se dedican al tráfico de animales con ánimo de lucro, y regularicen la opción de compra solo en aquellos casos en los que sean criadores profesionales que pasan por rigurosos controles de sanidad.
Y tú, ¿compraste o adoptaste a tu mascota?
Fuente: este post proviene de El encantador de perros, donde puedes consultar el contenido original.
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