Para evitarlos, es necesario preguntarse dónde poner el arenero, y cuál es el mantenimiento que debemos darle ya que si bien el felino que vive en casa con nosotros nos puede dar mucho cariño, como su familia es nuestro deber procurar que se sienta a gusto en el hogar.
¿Dónde colocar la bandeja higiénica?
El gato necesita un lugar seguro y tranquilo para hacer sus necesidades, por este motivo tenemos que poner su arenero en la habitación más silenciosa que haya en la casa. Pero además, es importante que no haya olores desagradables. El sentido del olfato de nuestro amigo está mucho más desarrollado que el nuestro, de modo que si se lo ponemos al lado del contenedor de la basura por ejemplo no se va a sentir cómodo en absoluto haciendo sus necesidades ahí.
Asimismo, hay que ponérselo lo más lejos posible de donde tenga su comedero y bebedero. La razón es la misma de antes: el olor. Siempre hay que evitar ponerle la comida y el agua en la misma zona que el arenero, siempre. Si no nos quedase más remedio, bien sea porque por ejemplo vivimos con más y vamos a tener a uno enfermo apartado del resto hasta que se recupere, o porque vamos a hacer reformas en casa un día y para no estresarlo más de la cuenta lo tendremos en una habitación tranquilo, es muy aconsejable que el arenero esté en el lado opuesto de donde pongamos su comida y agua.
¿Cuál es el mantenimiento de la bandeja higiénica?
Mucha limpieza. Todos los días tenemos que retirar tanto los orines como las heces, como mínimo dos veces: por la mañana y por la noche. Si vivimos con dos o más gatos, entonces tendremos que hacerlo también al mediodía. Quizás pienses que es mucho, pero créeme: cuanto más limpia esté su bandeja higiénica más difícil será que deje de utilizarla.Dependiendo de qué tipo de arena compremos y de los gatos que haya en casa, puede ser necesario limpiársela a consciencia con agua y jabón una vez por semana, o cada mes.
¿Qué tipos de arenas para gatos hay y cada cuánto hay que cambiarlas?
En tiendas de animales así como en supermercados podemos encontrar varios tipos de arenas:Arena de bentonita o aglomerante: es un tipo de arena que además de absorber la orina, hace que se aglomere; es decir, que se forme una especie de bola, con lo cual la retirada diaria de orines y excrementos es muy sencilla. No suelta tanto polvo como la de sepiolita, pero pesa lo suyo.
Cambio de arena: dependerá de cuántos gatos haya en casa, pero si solo hay uno bastará una vez cada dos o tres semanas.
Arena de sepiolita: es la que venden en supermercados por ejemplo. Es la más económica, pero la que suelta mucho más polvo. Dependiendo de la calidad absorbe más o menos la orina, pero no el olor.
Cambio de arena: mínimo una vez por semana.
Arena vegetal: es la que se hace con fibras de madera, por lo que es biodegradable. Además es muy ligera, y absorbe bastante el olor.
Cambio de arena: dependerá de la calidad: si se deshace con la orina habrá que limpiarlo una vez por semana; si no cada 2 o 3 semanas.
Arena de sílice: está hecha de perlas de sílice, que es un material absorbente e inodoro. Tampoco suelta polvo, por lo que resulta ideal para gatos con problemas respiratorios. Eso sí, no a todos les gusta (a los míos por ejemplo).
Cambio de arena: si solo hay un gato, una vez al mes.
¿Cuál es la mejor?
Eso te lo tiene que decir tu gato. Pero te aconsejo huir de las arenas perfumadas, así como de las que sueltan mucho polvo. A veces lo barato sale caro. Es mejor gastarse un poco más en una buena arena que sabes que te va a durar un mes, que un euro o menos en una que puede causarle problemas de salud.¿Cuándo podemos sospechar que la bandeja está en un mal sitio o que la arena no le gusta?
Para ello habrá que fijarse en el comportamiento que muestra el gato:
Hace sus necesidades junto a la bandeja o cerca de ella: es decir, el gato sabe que tiene que hacerlas en su arenero, pero con esto nos está diciendo que hay algo en la bandeja higiénica que no le gusta.
Se pone junto al arenero y maúlla mientras nos mira: es su manera de decir que hay algo que no va bien.
Si orina dentro de la bandeja, echa mucha arena fuera: no le gusta, y te lo expresa de este modo.
En cualquier caso, si se comporta así de repente, o si empieza a orinar en otras zonas de la casa, es necesario e incluso me atrevería a decir urgente pedir cita con el veterinario, porque ya no estaríamos hablando de que no le guste el arenero ni/o la arena, si no quizás de que tiene un problema de salud.
Recuerda que prevenir siempre va a ser mejor que curar.