Si decidimos adoptar a un gato, debemos conocer varios aspectos básicos para entender y ayudar a nuestro amigo de cuatro patas. En esta ocasión, os vamos a hablar de la temporada del celo.
El celo en las gatas
El celo en las gatas no tiene una frecuencia determinada si no que dependerá de distintas variables como la raza, el tamaño, la temperatura ambiental, las horas de luz, etc. Esto hace que nuestra gata pueda tener varios celos durante una misma época del año, normalmente primavera o verano, y ninguno en otras como el invierno.
Además, al contrario de lo que ocurre en las perras, nuestra gata no manchara en época de celo ya que la ovulación debe ser inducida por la cópula. Normalmente una gata tendrá su primer celo entre los 5 y los 10 meses, pero puede atrasarse hasta los 12 o 15.
Durante el celo nuestra gata se mostrará muy nerviosa y requerirá nuestra atención. Dependiendo del momento del celo en el que se encuentre notaremos unos síntomas u otros.
Proestro: Fase previa que dura uno o dos días. La gata comienza a mostrar comportamiento del celo e intenta atraer al macho pero no deja que la monte.
Estro: El momento del celo propiamente dicho y suele durar entre dos y seis días. El comportamiento se hace más notable: aumenta el volumen de los maullidos y los restregones son más intensos. Este es el periodo más peligroso porque nuestra gata puede escaparse y quedar embarazada.
Interestro: Días que trascurren entre un celo y otro en las épocas de celos consecutivos. Puede durar entre 8 y 16 días
Anestro: Periodos que se dan durante las estaciones en las que nuestra gata no entra en celo, normalmente otoño e invierno.
El celo en los gatos
Los gatos no tienen un periodo concreto de celo si no que reaccionarán siempre que en los alrededores se encuentre una hembra en celo. Aun así, puede que estén más reactivos durante algunas estaciones concretas como el verano.
Los gatos suelen ser activos sexualmente desde los 9 meses hasta los 7 años, pero dependerá de la raza, tamaño, etc.
¿Qué síntomas podemos notar?
Marcaje: Puede que nuestro gato orine en ciertas zonas de casa o se restriegue con los objetos o personas para marcar su territorio
Escapes: Debemos tener cuidado si hay una gata en celo en el vecindario porque nuestro gato puede intentar escaparse para buscarla
Maullidos: Nuestro gato puede maullar de forma fuerte e insistente
Peleas: El estrés del celo y el intento de ser el único gato que llegue a la hembra puede llevar a nuestros gatos a pelearse en época de celo
Precauciones durante el celo
Las épocas de celo son peligrosas y entrañan muchos riesgos tanto para machos como para hembras.
Si convivimos con una gata en celo, esta época será sumamente estresante para ella. Durante el Porestro y, sobre todo, durante el Estro aullará de forma constante y con un volumen elevado reclamando al gato y es posible que intente escaparse de casa buscándolo.
En el caso de los gatos ocurre lo mismo. Si hay una gata en celo en los alrededores nuestro gato estará muy nervioso y podrá incluso marcar la casa o producirse peleas entre los gatos de la casa.
Hay creencia que dice que las perras y gatas deben tener al menos una camada pero esto es falso. De hecho, se ha demostrado que la forma más eficaz de evitar futuros tumores mamarios es la esterilización precoz.
Nuestra experiencia
Cuando rescatamos a Zelda tenía solo un mes pero teníamos claro que, en cuanto tuviese la edad adecuada, la esterilizaríamos antes del primer celo para prevenir futuros problemas de salud. Finalmente, debido a sus problemas digestivos y de piel, decidimos retrasar la esterilización porque no cogía peso y no queríamos hacerle pasar por quirófano hasta no controlar su alergia.
A los 7 meses aproximadamente entro en celo por primera vez ¡Y fue desesperante! Se estresó muchísimo y se pasaba el día y, sobre todo, la noche maullando muy fuerte con un sonido similar al llanto de un bebe. Además, debido al estrés, sus problemas de piel se incrementaron apareciendo placas eosinofílicas en la boca y en las patas.
En cuanto el veterinario nos confirmó que podíamos proceder a la operación, la esterilizamos evitando que volviese a sufrir otra vez el estrés del celo.
Evitar el riesgo
Si queremos evitar el estrés que el celo supone para nuestros gatos y a la vez evitar futuros problemas de salud, la opción ideal es esterilizar.
Si quieres obtener más información sobre la esterilización, te recomendamos este artículo de ”Yo amo a las mascotas” en el que descubrirás 8 cuestiones sobre la esterilización que todo propietario debería conocer.
.