A los gatos café o marrón se les ha conocido por siglos. Sus orígenes se remontan probablemente al Sureste Asiático como una rama de los gatos reales de Siam. Estos arribaron a Inglaterra en el siglo XIX junto con los Siameses. El Libro del Gato de Simpson, publicado en Londres en 1903 se refiere a ellos y la Enciclopedia Británica en su 11va edición menciona un "tipo de gato Siamés completamente chocolate".
Estos "Siameses" completamente cafés fueron llamados en ocasiones "Gato de las Montañas Suizas", sin embargo, perdieron popularidad y la raza fue abandonada después de los 20s cuando el Club Británico de Gatos Siameses declaró que "el club siente mucho anunciar que no podrá apoyar la crianza de cualquier gato Siamés que no tenga ojos azules".
La genética de los gatos de este color estaba en proceso de ser descrita a inicios de la década de los 50s: Como parte de este esfuerzo, se realizaron y publicaron una serie de experimentos de crianza a cargo del Barón von Ullmann. En estos se describe la genética del color para los gatos marrón y su versión diluida, el lavanda, y se usó el nombre de Habana Café por primera vez. Otros entusiastas criadores ingleses realizaron experimentos similares. Los gatos utilizados en estas investigaciones para crear un café oscuro, incluían un gato doméstico negro portador del gen recesivo del café y los puntos de color chocolate o foca del Siamés. Conforme la raza alcanzó mayor desarrollo también se utilizó a los Rusos Azules.
¿Qué es lo que hace único al Habana Café? Lo primero que hay que admirar es su pelaje brillante de tonos marrón y café. Otra característica es su cabeza distintiva que es ligeramente más larga que ancha. Cuando se ven de perfil, la nariz prominente tiene un puente bien marcado a la altura de los ojos. Un pronunciado cojinete de los bigotes combinado con un mentón fuerte forman una boca de líneas redondeadas. Los gatitos nacen de color café por completo. Los bigotes deben ser también cafés para completar el color del pelaje.
El cargar un Habana Café por primera vez puede ser una experiencia sorprendente, pues este gato de apariencia ligera pesa más de lo que se pudiera esperar. Es de tamaño mediano, con un cuerpo firme y muscular. Los machos llegan a pesar hasta cinco kilos, mientras que las hembras hasta tres kilos.