El huevo aparte de proteínas de alta calidad biológica (rica en aminoácidos esenciales) aporta otros nutrientes como ácidos grasos, vitaminas y minerales.
Este nos ayudará a mejorar el pelo, piel, aumentar la masa muscular del perro y en general a mejorar su estado de salud, los perros difícilmente padecen de colesterol como nosotros, por lo que no temáis dárselos en su dieta.
Existe el mito de que no se debe dar el huevo crudo porque existe una proteína llamada avidina que merma la absorción de la biotina del huevo si este se consume crudo, la cuestión es que el huevo está diseñado para tener tanta cantidad de biotina que supla la acción destructora de la avidina de la clara del huevo.
Aparte, que un perro , lobo, gato o hurón, no creo que se dedique a cocinar su comida, por lo que la forma más natural de darlo es crudo.
También podéis preguntaros que pasa con la salmonela, pues bien, hay estudios que demuestran que un perro sano ya tiene cierta cantidad de salmonela en su digestivo como parte de sus bacterias naturales y que no le causa ningún problema, gracias a la acidificación de su ph digestivo que la mantiene a raya.
Solo en el caso de un exceso de consumo de huevos crudos podríamos tener algún problema, pero para eso os vamos a dar la dosificación correcta.
Un perro pequeño puede consumir 1 huevo de gallina o 2-3 huevos de codorniz, a la semana.
Un perro mediano-grande puede comer perfectamente 2-3 huevos semanales.
Podéis observar que a algunos perros no les gustan los huevos crudos, o les sienta un poco fuerte al estómago (cacas con moco) en este caso podéis cocinar el huevo sin problemas y dárselo.
En el caso de perros que no consumen huesos carnosos, tenemos otro valor añadido en el huevo, la cáscara.
Esta contiene un alto porcentaje de calcio y se puede usar como suplemento en dietas sin hueso, la relación es de 1,8 gramos de cáscara de huevo, por cada medio kilo de carne sin hueso.
Cada vez que uses huevos, no tires la cáscara, sino que la debes limpiar con abundante agua para quitar todo los restos de la clara y la babita interior. Luego, déjalos de remojo en agua con vinagre de manzana durante unos minutos, y luego déjalos secar al aire, sobre una servilleta o una superficie limpia.
Una vez estén secos, ve guardándolos en un bote de cristal o táper, y acumula así los que puedas. Cuando tengas muchos, utiliza la picadora e introduce todas las cáscaras en la misma y conviértelas en polvo.
Este polvo lo puedes guardar durante meses en un botecito.
Así que ya sabéis darle un plus a la comida de vuestro perro y veréis como lo agradece, nunca mezclado con pienso y sin problemas comiendo comida natural.
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