El jerbo es uno de los roedores que últimamente ha entrado con más fuerza en el mundo de las mascotas.
Aunque este minúsculo animal es físicamente similar al hámster, con quien guarda un gran parentesco, necesita unos cuidados muy diferentes a los de sus semejantes.
Se trata de un ratón con mucho carácter que, cuando se siente mimado y querido, se comporta amistosamente.
Hace unos años era un auténtico desconocido y ahora lo podemos encontrar en millones de tiendas y hogares. En un principio era utilizado como ratón de laboratorio pero debido a sus asombrosas cualidades, ha ido calando hasta el punto de convertirse en uno de los roedores más populares en tierras norteamericanas.
Una casa particular para los jerbos
Su origen se sitúa en Mongolia, lugar de clima seco y paisajes desérticos. Estos curiosos antecedentes
marcan sus necesidades y costumbres, muy diferentes a las del resto de su especie.
Un ejemplo claro es su lugar ideal para vivir, ya que las jaulas no son recomendables como alojamiento para este pequeño compañero, debido a que se dañaría la nariz con los barrotes y expulsaría toda la tierra al exterior, por su tendencia a escarbar.
Las peceras de cristal son los espacios más aptos para nuestro simpático amigo, ya que con una buena dosis de arena y unas dimensiones adecuadas, de aproximadamente de 30 x 60 cm, conseguiremos que se encuentre cómodo.
Se recomienda cubrir el suelo con marlo de maíz; remedio eficaz para la absorción de las heces y la orina. Si no encuentras el marlo se puede usar viruta de álamo o incluso papel higiénico (que no tenga tintes ni olores), ya que el jerbo es un animalito que orina poco.
Su hábitat tiene que ser lo suficientemente amplio como para que puedan realizar ejercicios con una rueda.
Qué le hace feliz a estos roedores
La compañía es esencial para estos simpáticos roedores, ya que necesitan estar con alguno de sus semejantes y así sentirse acompañados en todo momento. Esto es debido a que en la naturaleza son animales que viven en clanes, es decir, siempre acompañados.
Por ello, hay que tener presente que los jerbos serán más felices si viven en compañía, con un mínimo de dos miembros hasta un máximo de diez jerbos.
Si optamos por tener una pareja y no deseamos que tengan crías, existen varias opciones posibles para tenerlos juntos. Una de las merores opciones es tener dos machos que sean hermanos, a ser posible de la misma camada. Si no son de la misma cámada, lo ideal es juntarlos cuando ambos sean cachorros.
Otra opción es tener grupos, de un macho y sus crías macho o de una hembra y sus crías hembras. Siempre es recomendable que se conozcan desde que son pequeños, en este caso el adulto aceptará a los cachorros porque los conoce desde cachorros.
No es recomendable juntar a dos hembras o a dos machos ya adultos, puesto que podrían producirse enfrentamientos al ser animales muy territoriales. La probabilidad de éxito es muy reducida, aunque no es imposible porque dependerá del carácter de cada jerbo.
Existen dos métodos para intentar juntar a jerbos adultos, del mismo sexo si no queremos que se reproduzcan. Se trata del método de jaula dividida y del método del territorio neutro.
1. Método de jaula dividida
En la jaula dividida, se hará una separación de la jaula utilizando una rejilla metalica, lo que permitirá a los jerbos que se vean y se huelan. Este proceso es lento y deberás intentar que los jerbos se huelan para acostumbrarse poco a poco.
Para ello deberás coger puñados de sustrato de un lado y ponerlos en el otro lado y viceversa, de esta forma los animales irán captando el olor del otro jerbo. También puedes cambiar los juguetes de lado de vez en cuando.
Cuando veas que los jerbos se intentan acicalar a través de la reja o hacen los nidos juntos, cada uno a su lado de la reja, es un buen síntoma para intentar juntarlos. Intenta un primer acercamiento en un lugar neutro.
2. Método de territorio neutro.
Como el jerbo es un animal muy territorial, su comportamiento deja su olor impregnado en lugar dónde vive. Por este motivo para juntar dos o más jerbos se puede intentar utilizar un lugar neutro, es decir, que no huela a ningún animal, para realizar un primer acercamiento.
En primer lugar, sacaremos al jerbo que ya teníamos de su jaula y aquí colocaremos al jerbo nuevo. Esta situación se mantendrá como mínimo media hora, de esta forma el animal se irá acostumbrando al olor del otro jerbo.
Una vez pasado ese tiempo, buscaremos un habitáculo dónde colocaremos sólo un poco de papel higíenico en el fondo e introduciremos al jerbo más antiguo. Después introduciremos al jerbo nuevo y esperaremos a ver que pasa.
Pueden suceder muchas cosas, como por ejemplo, que se huelan, que se persigan, que intenten pelear, etc. Por este motivo, siempre debemos estar atentos en este proceso, para interceder entre ellos en caso necesario.
En el momento que veamos que uno intenta acicalar al otro o que juegan juntos, se habrá producido la aceptación entre ellos. En este momento, ya podrás introducir a los dos jerbos en la jaula, pero siempre tendrás que limpiarla y airearla lo suficiente para que no mantenga el olor del jerbo más antiguo.
Este proceso puede ser muy rápido o puede durar más tiempo, por lo que deberás suministrarle comida y agua en caso de que se alargue. También es posible que esta aceptación nunca se produzca.
Una dieta equilibrada para el jerbo
El jerbo es un animal omnívoro de base granívora, lo que significa que la base de su dieta ha de ser las semillas altas en hidratos de carbono. También unas pocas semillas grasas, como cacahuetes, y proteínas (tanto vegetales como animales).Las verduras deben comerlas regularmente pero en muy pequeñas cantidades, puesto que este tipo de alimentos no lo encuentran en su hábitat natural.
Decir también que los jerbos, en la naturalez, también comen insectos, así que cabe la posibilidad de darle algún grillo un par de veces por semana.
A nuestro amigo le encanta el agua pero no es recomendable utilizar recipientes de plástico, ya que su constante necesidad de roer todo lo que encuentra a su alrededor, le llevará a destrozarlo. La mejor forma de suministrarle la bebida es en un bebedero de botella metálico para ratones.
Datos que hacen especial a este roedor
La curiosidad es una actitud predominante en estas criaturas. Todo lo novedoso que vean en tus manos será bien recibido porque, aunque en un futuro decidan no utilizarlo, siempre les encantará inspeccionarlo.
Se manifiestan ansiosos cuando notan tu presencia por la posibilidad de que les ofrezcas alimentos u objetos desconocidos. Debido a esta interesante cualidad, se aconseja cambiarle de juguetes cada cierto tiempo para mantenerlos siempre contentos y distraídos.
En cuanto a los sonidos agudos que emiten, estos reflejan incomodidad, lo hacen los cachorros para llamar a la madre o cuando son molestados por otro si, por ejemplo, uno duerme y otro lo pisa, o si el amo le acaricia y ellos no quieren. No es necesariamente miedo, pero sí un aviso de que están siendo incomodados.
Cuando un jerbo está feliz lo que hace es vibrar, de forma simillar a un ronroneo. Mucha gente lo confunde con tiritones de miedo, aunque es raro que hagan esta demostración a un ser humano a no ser que la confianza sea mucha. Cuando quieren demostrar exitación sexual, los jerbos machos tamborilean con las patas en el suelo.
Tanto hembras como machos dan tamborileos de aviso en caso de algún sonido o situación que les alarme. Estos tamborileos son en ritmo distinto a los de exitación.
Si bien el jerbo es un animal relativamente silencioso en cuanto a sonidos propios, sí genera bastante ruido con sus actividades propias.
Los jerbos no duermen continuo ni de día ni de noche, duermen siestas de 20 ó 30 minutos que intercalan con periodos de intensa actividad.
Muchos dueños que mantienen jerbos en sus habitaciones lo pasan bastante mal porque las ruedas de ejercicio chirrían por la noche, escarban frenéticamente, saltan de un lado a otro, mueven objetos que no les parecen bien en la posicion en que están, roen los juguetes, etc. No se recomienda dormir con jerbos en caso de tener el sueño ligero o ser insomnes.
Un jerbo como mascota es una opción acertada para todo aquel que busque un animal limpio, amigable, gracioso y juguetón. Con un poco de dedicación conseguirás que este roedor ocupe un gran espacio en tu vida.
Gracias a sus múltiples acrobacias tu rutina se llenará de momentos divertidos e inolvidables. Y, recuerda: el Jerbo será más féliz si vive en compañía.
Intentan no molestarle puesto que se sentirán incomodos e irritados. Para que se acostumbren a tu presencia deberás hacerlo poco a poco. En el siguiente vídeo podrás ver unos consejos para que tus jerbos te acepten mejor.
Imagen jerbo marrón: iris [ux] / flickr
Imagen tres jerbos: benmckune / flickr
Imagen jerbos juntos: thraxil / flickr
Imagen jerbos en mano: benmuckune / flickr
Imagen jerbo a dos patas: jpockele / flickr
Imagen jerbo en la mano: thraxil / flickr