Este leal servidor es muy apropiado como perro guardián y protector para toda la familia. Es grande, vigoroso, de cuerpo musculoso y bien proporcionado, tranquilo y de temperamento vivo. Su tranquilidad innata lo convierte en un compañero fácilmente domesticable y en una niñera inigualable. Es sorprendente su agilidad si tenemos en cuenta su gran talla. A lo largo del tiempo, además, ha demostrado ser un salvavidas inigualable.
Otra peculiaridad del Leonberger es su amor por el agua, le encanta nadar. Puede pasarse horas chapoteando en el agua como si fuera un cachorrillo de meses y si es con los niños mejor, ya que son los habitantes de la casa con los que más simpatiza.
Orígenes de la raza
Como sucede con muchas razas caninas, existen varias teorías referentes a su origen. Hay expertos que afirman que el Leonberger es descendiente directo del Mastín Tibetano, lo que haría remontar sus orígenes muy atrás en el tiempo. Los que defienden esta teoría aseguran que llegó a Europa en el siglo V aproximadamente.Parece ser que existen referencias sobre la existencia de un perro de características similares ya en 1625, y también se han encontrado documentos que reflejan la venta de varios canes similares en el año 1771.
Sin embargo, la teoría más extendida sostiene que el Leonberger surgió en 1846 en la ciudad de la que derivaría su nombre, Leonberg, situada en la región alemana de Württemberg. Al parecer, su creador fue el consejero de Estado Essig que, tras cruzar ejemplares de las razas Terranova, San Bernardo y Montaña del Pirineo, consiguió por fin crear una nueva y magnífica raza con ejemplares de pelaje amarillo dorado o leonado.
En medio de la polémica sobre su nacimiento, lo que sí se puede afirmar es que su reconocimiento histórico es muy reciente. La raza fue mundialmente reconocida por la Federación Cinólogica Internacional en 1949. A raíz de este acontecimiento, el Leonberger empezó a ser conocido y apreciado más allá de sus fronteras de origen.
Durante las guerras mundiales casi desapareció, ya que su gran tamaño exigía una importante cantidad de alimento y en aquellos años escaseaba.
Todo un amante del agua
Una nota muy llamativa del carácter del Leonberger es su sexto sentido para prever desastres naturales. Por ello es muy habitual su utilización como perro de montaña y salvamento.Otra peculiaridad de este gigante son las membranas interdigitales que posee, que le convierten en un nadador excelente. Debido a estas dotes, se emplea como perro socorrista con el debido adiestramiento. Además, gracias a su corpulencia y gran capacidad física, puede también ser un perro de rescate en la montaña al igual que el San Bernardo, ya que es capaz de arrastrar pesos muy elevados.
Un perro de familia
Un ejemplar canino tan grande como el Leonberger no cabe en cualquier sitio. Un piso tal vez no sea un lugar muy apropiado, pues sería mejor que un perro tan grande disfrutara incluso de un jardín. Bien es cierto que este magnífico animal intentará que su presencia sea percibida lo menos posible, pero no por ello deja de necesitar su propio espacio vital.Al gigantón Leonberger le encanta la vida familiar, y se encuentra como pez en el agua con todos los habitantes de la casa. A los niños les resulta un auténtico muñeco pero a él también le agrada que ellos le acaricien y lo utilicen como compañero en sus juegos y correrías. De hecho, tendrá siempre mucho cuidado de no hacerles daño.
Son muy sensibles, y si escuchan llorar a un niño con el que están jugando se apartarán pensando que le han podido dañar, y siempre estarán alerta para que no les pase nada. Para ellos lo más importante es que la familia y la gente cercana a ellos estén contentas. No suelen rechazar a los extraños, siempre tienen un lametón preparado para todo el que se acerque.
Características físicas
Al Leonberger se le notan sus raíces ya que sus cualidades físicas son muy parecidas a las del San Bernardo, y puede que su parecido sea mayor al Terranova. Su estatura oscila entre 64 y 85 centímetros de altura, y su peso ronda desde los 40 hasta los 85 kilogramos. Tiene ojeras pequeñas, pendulosas y cubiertas de pelo, lo que le da una apariencia tristona y bonachona.Su pelaje es corto en las patas y el hocico y mediano, áspero y pegado en el resto del cuerpo. Cuenta con una cola larga y llena de pelo y los colores más habituales son el leonado, dorado a rojo con máscara negra.
Se consideran como principales defectos de la raza, según el estándar oficial, que el ejemplar de Leonberger tenga ojos demasiado claros, manchas claras demasiado extensas, pelo rizado, cola enroscada, aplomos irregulares, timidez o maldad, progmatismo y otras irregularidades dentales, trufa marrón, almohadillas marrones o labios color marrón, entre otros.
Cuidados básicos
Este increíble perro es un amante de los largos paseos y de los viajes. Su gran tamaño le exige consumir entre 2.700 y 3.000 Kilocalorías diarias en ejemplares que no realicen mucha actividad física. Los que sí hacen ejercicio suelen necesitar consumir unas 5.500 ó 6.000 calorías diariamente. Este es uno de los pequeños inconvenientes del Leonberger, pues su manutención tiene un coste más elevado que la mayoría de los perros.Su alimentación debe incluir también vitaminas y ácidos grasos instaurados y se le debe pasar un cepillo de dientes ancho todos los días por el manto de pelo, pues al tener una capa de subpelo, puede albergar parásitos en ella. En su limpieza se debe poner especial interés en las orejas y los dientes y es recomendable que se le cepille una vez por semana.
La afición del Leonberger por el agua, incluso en invierno, puede llevar a que, cuando el animal llega a una edad avanzada, puede adquirir enfermedades de tipo reumático que pueden convertirse en una auténtica carga para la mascota. Por ello, es preciso prestarle atención al respecto e intentar evitar sus baños invernales.
Si se le cuida con esmero y atendiendo a sus necesidades, el propietario de un Leonberger podrá disfrutar por muchos años de la compañía de uno de los amigos más fieles del reino animal.
El Club Español del Leonberger
El Club Español del Leonberger se creó en 1992 en Muriedas (Cantabria), por iniciativa de María Teresa Fernández Estrada y Rafael Gómez García-Solinís, junto con los propietarios de ocho Leonberger y simpatizantes de la raza, siendo un total de 16 socios fundadores.Los objetivos marcados en sus inicios fueron, fundamentalmente, dar a conocer la raza en España, impulsar su adiestramiento como socorristas, fomentar y difundir la cinofilia en general y el cariño, cuidado y respeto a los perros y aglutinar en el club a los amantes de esta raza, no necesariamente propietarios de Leonberger. Gracias a su encomiable labor, entre sus éxitos cuenta el que el número de ejemplares se haya triplicado.
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