Es más, hay peluqueros caninos que aún sabiendo lo perjudicial que es rapar el pelo de un perro, ni siquiera informan a sus clientes de todas las desventajas que conlleva un rapado.
Consecuencias negativas para la salud, y en ocasiones muy negativas estéticamente, y si no, que se lo digan a este pobre Husky cuya foto ha dado la vuelta al mundo.
El pelo del perro tiene una función protectora fundamental: protege del frío pero también del calor. Si rapamos al perro como es el caso de este animal, estamos desprotegiéndolo totalmente del calor y del efecto de los rayos solares en su piel.
Pero, ojo, porque el pelo también protege de otras factores nocivos: abrasiones, picaduras de insectos, infecciones, etc.
Independientemente de esto, según la raza del perro, el pelo puede tener unas características bien diferenciadas. Perros como el Husky, el Pomerania o el Samoyedo tienen dos capas de pelo que, desde su origen, les ha servido para protegerse del frío. Estas capas de pelo jamás se deben cortar, porque una vez que se corten, crecerán de forma desequilibrada, eliminando esa barrera protectora que tanto les sirve para defenderse de agentes externos.
Entonces, ¿qué debemos hacer ante un perro con tanto pelo? Si lo que queremos es facilitar que pase menos calor, lo mejor es pedir en la peluquería canina que le hagan un deslanado, y tras este deslanado, sigas una rutina en casa de cepillado diario para eliminar pelo sobrante del perro.
La naturaleza es sabia y sabe cómo desprenderse del pelo para equilibrar esa regulación de la temperatura por parte del perro. Nosotros podemos facilitar esta tarea, pero jamás rapándole el pelo a cero.
La salud de tu perro está en juego.