No hablemos de pelo, hablemos de manto
Ya sabes que en este blog no nos gusta abusar de los tecnicismos, pero en este caso tenemos que hacerlo para aclarar un concepto que explica en parte la proliferación de las peluquerías caninas y, no lo olvidemos, su gran éxito comercial. Hablamos del manto del perro, un elemento protector muy diferente del cabello del ser humano.
Independientemente de su raza, tamaño o color, la naturaleza ha dotado a nuestro perro con un elemento protector contra el frío, la lluvia, la humedad y el calor. Ese protector natural se llama manto, y como te decimos, su estructura es muy diferente a la del ser humano.
La diferencia fundamental entre el cabello humano y el manto de nuestra mascota es la cantidad de pelos que crecen por cada uno de los folículos que tenemos en la piel. En el ser humano crece un pelito por cada folículo pero en el perro, de cada folículo de la dermis surgen varios pelos, unos más profundos y otros más superficiales. Por eso se dice que la mayoría de los perros tienen folículos pilosos compuestos.
Los pelitos más profundos y cercanos a la piel del perro forman el llamado subpelo o manto interior, una capa de suave pelaje que tiene la función principal de proteger a nuestro peludo amigo manteniendo la temperatura en su punto justo. El manto externo o superior también cumple la función natural de proteger a nuestro perro de los riesgos del mundo exterior como rayos de sol directos, arañazos, golpes, encuentros no demasiado amistosos con perros y gatos, etc.
Como bien sabes, los perros tienen distintos tipos de manto en función de su raza: unos tienen doble manto, otros carecen de manto interior, otros perretes no tienen pelo… Y ahí está la clave del tema que nos ocupa en el artículo de hoy: saber qué tipo de manto tiene tu peludo te permitirá decidir si tienes que llevarlo a la peluquería canina y, además, saber qué tipo de corte de pelo necesita tu perrete.
Cortar o no cortar, esa es la cuestión
Si tienes un perro de raza, es más o menos sencillo saber si los veterinarios aconsejan o no llevarlo a la peluquería canina. Por ejemplo:
Por supuesto – y esto es “de cajón”- las razas de perros sin pelo no necesitan cortarse ese manto que no tienen, sino extremar los cuidados de higiene e hidratación dérmica, protección solar, etc. Nos referimos a los perrillos de las razas Xoloitzcuintle, Khala Boliviano, Crestado Chino, etc.
Los perros de pelo duro y corto como el Pastor Alemán, el Husky, el Schnauzer, etc., no necesitan ni cortar el manto exterior ni, por supuesto, “rapar” el manto interior para dejarlo como un cadete en la antigua “mili”.
Los perros de pelo liso, suave y largo como el Lhasa Apso, el Bichón Maltés o el Shih-Tzu solo necesitan recortar cuidadosamente el manto superior para mantener la higiene. Ni se te ocurra rapar a un perrillo de esta raza porque los rayos del sol harán estragos en su piel. ¿Y qué pasa si tienes un perro adoptado sin raza, uno de esos adorables chuchos mestizos? Pues que tienes que ir a tu veterinario de confianza y preguntarle si tu amigo necesita – o no- pasar de vez en cuando por la peluquería canina a recortar un poco su preciosa melena.
Un consejo para terminar: excepto prescripción veterinaria, rapar completamente a tu perro es una pésima idea.
Los perros son perros y la mayoría de ellos sueltan pelos. Eso es así y debes asumirlo si quieres disfrutar de la experiencia maravillosa de compartir la vida con un ser único y especial. El baño periódico y el cepillado diario deberán bastar para ayudarle a eliminar esa capa de pelo muerto que adorna los sillones y rincones de vuestro hogar.
Y ahora te toca a ti opinar: ¿Conocías estos datos sobre el manto de los perros? ¡Escribe un comentario!