Pendiente de lo que hace bien
Si te paras a pensar, es posible que se haya puesto nervioso cuando, temprano por la mañana, le has puesto el collar y la correa para salir a la calle, tirando como siempre y sin volver cuando se lo has pedido. Ha terminado con la comida del gato o ha vuelto a destrozar un juguete más, el último que dijiste que le comprarías… Hoy te ha robado comida de la mesa o ha saltado como de costumbre a dos patas manchándote los pantalones justo antes de salir… ¡Nada bueno que felicitar!
Y sin embargo… ha sabido esperar tres segundos frente a su plato de comida antes de que le permitas comer con un gesto, y una vez, una sola vez, te ha mirado a ti en vez de ponerse como un loco con el perro del vecino con el que siempre se enzarza. A lo mejor ha podido contener su pis hasta el portal en vez de hacerlo en el salón o se ha bajado del sofá a la primera… ¡Y eso también merece un reconocimiento!
Nos pasamos la vida persiguiendo a nuestro perro para recordarle las cosas que están mal, en vez de elogiar lo que nos encanta que hagan. ¡Y a todos nos gusta que nos digan que hacemos las cosas bien!
Cambio de actitud
Tomarse un tiempo al día para observar las cosas que nuestro perro hace que a nosotros nos gustan y reforzarlo, premiándole por ello, hará que tu perro comience a hacerlas cada vez más, hasta que éstas se conviertan en un hábito.
Además, un perro que recibe elogios es mucho más feliz que otro que sólo recibe reprimendas, y eso se notará en su predisposición a atender tus indicaciones y a hacer una vida menos independiente de ti.
Pero el cambio de actitud no será sólo suyo. Reconocer los esfuerzos de tu perro en hacer las cosas que le pides, ver los avances, por pequeños que parezcan a veces y darle a cambio algo por lo que le merezca la pena continuar por ese camino, también hará que disfrutes más de él, que puedas sentirte orgulloso del equipo que vais creando juntos y que aprendas gran cantidad de cosas sobre el potencial de tu perro y su forma de ser. Y eso, ¡sólo puede traer una actitud más positiva para ti!
Ponlo a prueba
¿Crees que lo que digo en este artículo está muy bien en la teoría pero no ocurre en la realidad? ¡Te reto a que lo ponga a prueba!
Dame la duda de un sólo día (¡sería estupendo si me regalaras toda una semana!). Durante ese tiempo elimina de tu vocabulario la palabra no y búscate un plan para cuando tu perro haga algo que te irrita. No es cuestión de dejarle que destroce los cojines, pero seguro que los puedes retirar con tranquilidad cuando los esté mordiendo, o aún mejor, ponerlos en alto para que no pueda llegar a ellos. ¡Recuerda que sólo te estoy pidiendo un día!
Contar hasta diez (o hasta cien…), recordar las vacaciones o acordarte de un chiste puede ayudarte a mantener la calma…
A cambio, agasájale con caricias, juego o comida cada vez que te guste lo que ves. ¡No hagas trampa! Quiero un día completo… Si no puedes mantener el juego tal como te indico, ¡tendrás que empezar de nuevo!
Es posible que te ayude hacer una lista de las cosas que tu perro es probable que haga y que tú no quieras, y las que te gustaría que ocurrieran, para que no se te escape ninguna. ¡Anticípate a las que no quieres que ocurran!
Pasas mucho tiempo con tu perro… ¡seguro que antes o después puedes encontrar un sólo día entero para cambiar vuestras vidas!
Estás dando los primeros pasos en el mundo del adiestramiento canino ético y sin infundir miedos, ¿a que sienta bien? Y sí, sé que no ha sido sencillo, pero estoy segura de que te habrá servido para tomar más conciencia de las dificultades a las que se enfrenta tu perro.
Sabemos que hacer el cambio no es fácil, por eso todas las semanas nos juntamos con un grupo de personas que tienen una forma diferente de entender la educación de sus perros. Una educación respetuosa. Acércate a nuestras clases semanales y te ayudaremos a aprender a educar desde el respeto y el apego.