Dinamarca anuncia una ley anti zoofilia.
En España sólo se persiguen los abusos si existe maltrato.
"140 euros por dos horas, viaje a Madrid incluido", ofrece un proxeneta de animales.
Artículo de Paco Rego y Pedro Poza, tomado de El Mundo.es
Esto va de lo mismo (o parecido) que si alguien llama a una escort para pedir cita.
Tarde/noche del jueves 30:
-Hola, le llamo por lo del perro...
["Labrador enseñado para sexo", reza en una de las numerosos páginas de zoofilia que ofrecen servicios con animales en España]
-¿Para cuándo sería?
-Este fin de semana.
-Son 140 euros por dos horas.
-¿Incluido el desplazamiento a Madrid?
-Exacto...
[El dueño del labrador blanco al que va a prostituir atiende a domicilio y tiene su centro de operaciones en Toledo. Cobra el viaje a un euro el kilómetro]
-¿El perro tiene experiencia?
--No te preocupes -responde como si estuviera esperando la pregunta-, al verte en la habitación él ya sabe a lo que va. Conoce las posturas. ¿Has probado antes?
-No, soy nuevo en esto.
-Tranquilo, va ir todo bien.
-Por cierto, ¿Qué edad tiene?
-Tres años. Es muy dócil...
Dócil, cariñoso, delicado... Los proxenetas de animales utilizan habitualmente estas palabras para tranquilizar al cliente, especialmente si perciben que son primerizos. Cobran por adelantado. Hacen el servicio, preferiblemente en viviendas que no tengan comunidad, y se llevan a los animales. Los más solicitados son perros y caballos, sobre todo por parte de mujeres. En su mayoría han sido adiestrados desde pequeños para un único fin: practicar sexo con personas. Sexo extremo. La impunidad los ampara.
Como las reglas se han endurecido en el resto de Europa, España "se ha convertido en un paraíso para gente con estas inclinaciones, y en una gran productora de cine porno zoofílico", asegura la abogada Nuria Menéndez de Llano, gran defensora de la prohibición y cabeza visible del Observatorio Justicia y Defensa Animal, que integra juristas, veterinarios y sociólogos. "Que estas prácticas tengan lugar en la clandestinidad y al amparo de vacíos legales no quiere decir que no sucedan o que sucedan poco". Al revés. "Están más extendidas de lo que se pudiera imaginar", advierte la letrada en su último informe, entregado a todos los grupos parlamentarios y senadores. Quieren que se castigue penalmente tanto la zoofilia como la pornografía y el bestialismo (violación del animal, aunque sólo penada si se producen lesiones físicas).
En la semana en que Dinamarca, uno de los últimos países europeos donde el sexo con animales es legal, ha anunciado un proyecto de ley que prohibirá estas prácticas, Crónica desvela cómo en España se abusa y se prostituye a perros, caballos, ovejas y burros sin que sea delito. Un negocio en auge que confirma el proxeneta de Toledo.
-Avísame con tiempo porque tengo más servicios -dice.
-¿Estás a tope?
-No va mal la cosa, no va mal.
Hay oferta y también mucha demanda variada. "Hola, soy una mujer de 47 años, divorciada. Busco a alguien que le guste la zoofilia y tenga un caballo", solicita en un buscador de contactos en la red. Seguimos con la búsqueda y damos con Daniel (así se hace llamar). Dice que ronda los 50 años y también está divorciado. No tiene hijos.
-Siento curiosidad por saber qué se siente con un chucho -dice.
-Yo vivo en Madrid con mi pareja [se inventa el periodista]. Lo hacemos en casa. ¿Te apetece?
-Dime el día, yo trabajo sábado y domingo... Si quedamos, puedo llevarme alguna peliculilla.
El porno es la otra pata del negocio. No existen cifras de lo que mueve en euros ni tampoco hemos podido dar con una productora en España que se dedique a rodar sexo extremo con animales. A la asociación de productores y editores de cine para adultos, que integra el 100% de las empresas de cine X, no le consta que este tipo de películas se estén rodando de manera profesional en nuestro país. En su mayoría son cintas caseras, muy bestias y cutres, rodadas en las viviendas de los propios zoofílicos, que luego colocan en páginas de internet. Los servidores suelen estar en países como Japón, China y Brasil. La zoofilia, en la industria pornográfica, es la categoría más baja para un actor porno, el declive de su carrera. El sueldo por escena bascula entre los 1.000 y los 5.000 dólares, dependiendo de la dureza de las escenas.
PELEA POR LA CÁRCEL
"Llevamos tiempo solicitando que esta aberración sea delito, pero aquí todos miran para otro lado, por qué", enfatiza el presidente de la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Animales, Chesús Yuste. En Reino Unido la zoofilia está proscrita con penas que van hasta los dos años de prisión, así como la venta, distribución y posesión de material zoófilo. También en Bélgica, Francia, Holanda, Noruega, Polonia, Suiza, Suecia (en proceso de tramitación) y Alemania, donde ya ha salido un grupo de resistencia a la prohibición. Se trata de Zeta, siglas en alemán de Compromiso Zoófilo para la Tolerancia y la Claridad, liderado por un tal Michael Kiok, bibliotecario, quien mantiene una apasionada relación amorosa con su perra pastor alemán. "Es una liberación, también para el animal", justifica.
"La falta de penas contundentes puede provocar que en poco tiempo España se convierta en un santuario del bestialismo", concluye Yuste, ex parlamentario. Los hechos le dan la razón. Entre los casos recientes de zoofilia, los conocidos, figura el de un hombre de 65 años que fue pillado in fraganti por una vecina cuando practicaba sexo con su perra Estrella de seis meses, en su piso de Torrent, Valencia. El juez le puso, en 2012, una pírrica multa de 120 euros. Dos años antes, en un pueblo de Girona, Vall de Sant Daniel, un ganadero al que robaron 30 ovejas recibió al día siguiente un vídeo en el que se veía a uno de los ladrones penetrando a uno de los animales. Nunca fueron detenidos. Atención especial requiere el caso del violador de caballos de El Ejido. Mientras éste abusaba de la yegua, la víctima le soltó una coz que le destrozó la cara. Era junio de 2011. Enfurecido, le destrozó el ano a un caballo, que falleció desangrado. Le cayeron sólo tres meses de cárcel por esa muerte pero nada por abusar de la yegua. Se fue de rositas. El juez le conmutó la pena a cambio de que abandonara el país, al ser marroquí.
"Hay mucho más de lo que se ve y de lo que se cuenta", tercia la letrada Menéndez de Llano. Hasta ella llegan a diario denuncias que la mayor parte de las veces resulta imposible rastrear. "Te llama o te escribe un vecino diciendo que en su edificio tal persona explota sexualmente a su mascota y cuando le pides más datos deja de contactar contigo", añade De Llano. "Otras veces es un familiar del agresor, como una chica que me escribió diciéndome que su hermano era consumidor de porno con animales, y que estaba preocupada. No volví a saber de ella. La gente, en general, no colabora y esto hace que los que lo practican se vuelvan todavía más clandestinos, aunque en teoría no estén haciendo nada ilegal".
Espoleado por la polémica que suscitó un programa de televisión en el que un famoso presentador, Niels Christian Meyer, el cual se hizo pasar con su mujer por una pareja que quería mantener relaciones sexuales con un perro, el gobierno de Dinamarca ha decidido perseguir estas prácticas. "Quiero lanzar una clara señal de que permitimos maltratar a los animales", pregonaba esta semana el socialdemócrata Dan Jørgensen, ministro de Alimentación.
Persiste con insistencia el mito sobre la existencia de burdeles de animales a los que acudirían en masa turistas sexuales extranjeros, un rumor que también se da en la vecina Alemania. En 2006, la Policía danesa investigó incluso una noticia al respecto publicada en 24Timer, un diario gratuito ya desaparecido. "No encontramos nada", recuerda a Crónica un agente que participó en la operación y que prefiere que no se publique su nombre. "Aquel reportaje levantó mucho revuelo, pero las fuentes eran todas de segunda mano, imposibles de verificar. Fue una pérdida de tiempo". Aún así, Jørgensen y otros políticos siguen usando la historia de 24Timer como justificación. Desde la oposición, el nacionalista Partido Popular Danés sugiere hasta crear una «policía de animales». Según la veterinaria Lene Kattrup, entre el 5 y el 7% de los hombres daneses ha mantenido relaciones con animales. "Se usa lo que se tenga al alcance. En Suecia [que ya prepara su ley], caballos, perros y vacas, por ese orden. En Dinamarca, cerdas, caballos y perros", concreta Kattrup.
Hasta ahora, el Consejo de Ética Animal, órgano asesor del Ministerio de Justicia danés, desaconsejaba la prohibición. En ciertas circunstancias, concluyó en un informe de 2009, las relaciones sexuales con humanos proporcionan a los animales placer e incrementan su grado de bienestar. La veterinaria discrepa: "Los animales, como las personas, sienten dolor y angustia. Veo muchos casos de lesiones sanguinolentas en las orejas. Se las atan con plásticos para que no escapen".
No parece ser el caso de Rosa, vecina de la sierra de Madrid. Lo que más le pone es hacer el amor con un can. "Soy una tía normal, creo que totalmente normal", se define sin pudor. Tiene 42 años, está casada desde hace 12 y es madre de dos hijos. "Tengo la suerte de compartirlo con mi marido, naturalmente, ni mis hijos ni casi nadie de mis amistades saben nada".
Rosa, según ella misma explica, empezó con 20 años. «Tuve la ocasión, la suerte -recalca- de poder disfrutar con tranquilidad de dos perros con los que mi iniciación fue de lo más grata...". Hasta da consejos en un blog a mujeres. "Si una se atreve, nunca se arrepiente. No tengas miedo a sentirte rara. Yo me siento más fuerte, más segura, más dueña de mi cuerpo".
¿Y el perro?