La respiración de los reptiles: ¿Cómo es el sistema respiratorio?

¿Alguna vez te has preguntado cómo respiran los reptiles? Pues bien, la mayoría de los reptiles respiran aire, aunque algunas especies, como las tortugas, pueden permanecer hasta cincuenta minutos bajo el agua, debido a un pulmón de grandes dimensiones capaz de almacenar grandes cantidades de oxígeno, otros son capaces de disminuir mucho su necesidad de oxígeno bajo el agua. En este post te desvelamos todos los secretos de la respiración de los reptiles.

 

¿Cómo es la respiración de los reptiles?

Los pulmones de los reptiles son el principal componente de su sistema respiratorio, al igual que en los seres humanos, las aves y los anfibios terrestres. Sin embargo, entre los principales tipos de reptiles existen algunas diferencias en los detalles del funcionamiento de su sistema respiratorio.

 

El sistema respiratorio de los reptiles

Cuando se trata de la respiración y el intercambio de gases, los reptiles no son muy diferentes de nosotros los humanos. Los reptiles respiran aire y tienen un par de pulmones para tomar oxígeno y expulsar dióxido de carbono.

Los pulmones de los reptiles tienen alvéolos, pequeños sacos donde se intercambian los gases con los capilares (vasos sanguíneos) dentro de los pulmones. La técnica utilizada varía según los grupos de reptiles.

Los escamosos (serpientes, lagartos y cocodrilos) ventilan sus pulmones utilizando los músculos de la pared torácica, pero el sistema respiratorio de cada animal está situado de forma diferente. Las serpientes son largas y delgadas, por lo que sus órganos internos están dispuestos verticalmente y uno al lado del otro.

El aire se toma por las fosas nasales y pasa por una pequeña abertura llamada glotis. Desde aquí, el aire viaja por la tráquea, que termina justo antes del corazón. El aire se divide a lo largo de dos bronquios, uno que lleva al pulmón izquierdo y otro al derecho. Las serpientes tienen un pulmón completamente funcional (el derecho) y un pulmón vestigial.

La mayoría de los pulmones de los reptiles funcionan esencialmente de la misma manera. Al igual que los pulmones de los mamíferos, los de los reptiles funcionan como bombas de succión.

Los músculos que controlan los pulmones hacen que se expandan. La expansión hace que la presión en los pulmones sea menor que la presión fuera de los pulmones; por lo tanto, el aire llena los pulmones (enlace = ref 5). Aunque todos los reptiles utilizan sus pulmones como fuente principal de aire, algunos pueden utilizar su piel para llevar el oxígeno a su cuerpo. Las serpientes de mar, por ejemplo, pueden tomar casi la mitad del aire que necesitan a través de su piel (5).

 

Respiración de los reptiles escamosos

El grupo de reptiles más diverso es el de los que tienen escamas, un grupo llamado Squamata. Entre los escamados se encuentran las serpientes y los lagartos. En estos reptiles, el músculo que controla sus pulmones también controla su movimiento. Por ello, muchos reptiles deben contener la respiración durante los periodos de movimiento rápido, como cuando corren tras una presa o se alejan de un depredador. Algunos reptiles de estos grupos han desarrollado formas de evitar este problema. Por ejemplo, el proto-diafragma del lagarto Tegu le permite inflar sus pulmones más completamente, mientras que los lagartos monitor pueden utilizar los músculos de su garganta para manejar la respiración durante el movimiento.

 

Respiración de los cocodrilos

Los cocodrilos y los caimanes tienen el sistema respiratorio más avanzado dentro de la clase Reptilia. Su respiración es muy similar a la de los humanos. Tienen una epiglotis que separa las vías respiratorias y el esófago, una tráquea que conecta la boca y los pulmones, y músculos torácicos que se expanden y contraen para controlar la respiración.

Para respirar, el músculo del diafragma se contrae. Esto hace que el aire pase por las fosas nasales, atraviese la epiglotis y descienda por la tráquea. Al llegar a los pulmones, el intercambio de gases se produce a través de los alvéolos. El oxígeno pasa por los alvéolos a los capilares y el dióxido de carbono se expulsa del cuerpo cuando el diafragma se relaja.

 

Respiración testudina

Las tortugas poseen un sistema respiratorio diferente al de la mayoría de los animales. Al tener un caparazón duro que cubre la mayor parte de su cuerpo, por lo que no pueden confiar en los músculos del tórax para regular su respiración.

En su lugar, tienen un anillo de músculos conectado a su caparazón, que rodea los pulmones. Este anillo de músculos se contrae para introducir el aire en los pulmones y luego se expande para expulsarlo. Las tortugas extintas tenían costillas, pero hace aproximadamente 260 millones de años, las tortugas y los galápagos empezaron a evolucionar para incluir el duro caparazón exterior que vemos en las especies modernas.

Mucha gente cree que las tortugas pueden respirar bajo el agua, ya que pueden permanecer sumergidas durante mucho tiempo. Esto no es así. Las tortugas deben salir a la superficie para tomar bocanadas de aire. No es raro que las tortugas hembra se ahoguen durante el apareamiento, y cada año, miles de tortugas se ahogan al quedar atrapadas en las redes de pesca.

 

¿Con qué frecuencia respiran los reptiles?

Aunque los mamíferos y los reptiles tienen pulmones similares, habrás notado que las tortugas marinas y las serpientes pueden sumergirse bajo el agua durante mucho más tiempo que nosotros. Cuando las tortugas descansan en el agua fría, su respiración se ralentiza tanto que pueden permanecer sumergidas durante casi dos horas. Un cocodrilo puede estar cerca de una hora, y algunas serpientes pueden llegar a estar hasta ocho horas. Es su práctico metabolismo el que funciona de nuevo. Incluso en tierra, pueden tener sistemas respiratorios mucho más eficientes que los nuestros.

En cambio, los humanos tenemos un ritmo metabólico muy alto y solemos respirar cada 2-5 segundos. Durante el sueño, esto puede ampliarse a 10 segundos, ya que el ritmo metabólico se reduce. La mayoría de los seres humanos pueden aguantar la respiración entre 30 segundos y un minuto, pero con entrenamiento, esto puede ampliarse a entre 2 y 5 minutos.

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