Hola a todos!
Aquí estamos con una nueva lección del Curso gratuito Perro Adoptado.
Esta vez, estamos con Olga de CaminaDogs, una gran profesional de la educación canina y que conoce de primera mano cómo integrar en familia nuestro perro recién adoptado.
Después de la primera lección con Marta de Rumbo Canino y Yohanna de Zendog
y la segunda, visitando la Protectora de Granollers, como ejemplo, de la mano de Alberto Ayala de la Asociación Al Perro Verde, nos aventuramos a hacer todos los preparativos necesarios para recoger a nuestro compañero de vida canino, y asegurarnos de una futura buena convivencia ¿cómo lo hacemos?
Aquí van algunas pautas:
ANTES DEL DÍA
Antes del día que vayamos a recoger a nuestro compañero canino, tendremos que asegurarnos de tener preparado todo lo necesario para su confort durante los primeros días. También es recomendable acondicionar nuestra casa a su llegada, asegurándonos también de su seguridad.
1. Material
Collar
Correa de 1,5/2m (no flexi)
Chapa con identificación
Dos cuencos
Comida que esté comiendo en el momento actual
Transportín y/o parque y/o barreras
Juguetes diversos (mordedores, interactivos…)
Cama
Cepillo para su pelo y cortauñas
Bolsas para su necesidades
Vinagre y/o jabón enzimático…
En casa
Habilitarle un espacio de descanso, resguardado y fuera de paso habitual, con su camita
Escoger zona en dónde poner sus cuencos para comer y beber siempre que necesite y sin ser molestado
Revisar elementos en toda la casa que puedan resultar peligrosos, accesibles a mordeduras (cables, electrodomésticos…)
Intentar ser bastante ordenados durante las primeras semanas y no dejar al alcance comida o servilletas utilizadas, ni basuras, calcetines o zapatos, materiales de piel…
Elegir los lugares que sí serán accesibles de la casa y cuáles no (al menos durante los primeros meses de transición)
Retirar objetos o plantas que puedan ser peligrosos (plantas de interior algunas son tóxicas para perros, objetos punzantes…)
Consensuar con todo el núcleo familiar que habita en casa, qué normas de convivencia habrán (dónde dormirá el perro, podrá o no subir al sofá…) y ser coherente con ello.
Instalar barreras tipo “bebé” para poder cerrar espacios, hacer separaciones durante los primeros días…
Logística
Indagar todo lo que podamos sobre el historial de nuestro perro adoptado (socialización, historia de vida, carácter…) Intentar hacer preguntas concretas a sus actuales cuidadores, sobre todo relacionadas con nuestro tipo de vida (¿tenemos hijos?¿convivimos con más perros y/o animales?…)
Cogernos unos días de vacaciones o libres para poder atender a nuestro perro mejor los primeros días.
Avisar a familiares y amigos cercanos para darnos soporte en los posibles cuidados, paseos…
Planificar los días posteriores a la llegada para minimizar las visitas a casa. Hacer las compras necesarias previamente, para no ausentarse prácticamente del hogar, si fuera necesario.
Organizar el viaje de recogida.
EL DÍA
En el coche
Preparar el coche para la recogida.
Ir mínimo, dos personas adultas. Un conductor/a para que pueda hacer el trayecto sin distracciones y otro adulto que pueda estar en los asientos traseros, pendiente exclusivamente del perro y todo lo que pueda necesitar.
Pensar en cómo llevaremos al perro dentro del coche, maximizando su comodidad y seguridad: transportín, cinturón y arnés para coche, maletero abierto con red…
Llevar toallitas húmedas, toallas, bolsas higiénicas… por si se pone nervioso y/o se marea, poder limpiarlo bien.
Tener preparados premios suculentos y agua para poder ofrecerle durante el trayecto.
Podemos rociar suavemente el interior del coche con spray de feromonas caninas y/o aceites esenciales que rebajen el estrés (por ejemplo, aceite de lavanda). Previamente al viaje.
Llegando a casa
A no ser que sea imprescindible o por urgencia, esperar unos días para llevar por primera vez a nuestro perro recién adoptado a la clínica veterinaria o a la peluquería. Ambas situaciones son muy estresantes y es preferible esperar a que nuestro perro haya digerido un poco su nueva situación y nos conozca algo más.
Hacer un paseo corto antes de entrar en casa para que se relaje un poco después del viaje y haga sus necesidades.
Si convivimos con más perros o tenemos hijos, hacer las presentaciones fuera de casa, en un espacio abierto (tipo parque o campo si tenemos cerca). Y presentar, mejor, de uno en uno. Hacer un pequeño paseo en paralelo.
Sobretodo ¡NO SOLTAR! Aún no hemos creado un vínculo con él y puede asustarse o desorientarse… Ser siempre muy precavidos.
Ya en casa
Si convivimos con otros perros, es preferible que entre primero el perro recién adoptado. El caso ideal, sería que entrara por primera vez en casa sin el resto de perros que ya viven con nosotros. Sacarlo a dar un paseo y que otro miembro de la familia humana, entrara con el o los perros que ya vivían en casa para que puedan olfatear el olor que ha dejado el nuevo perro.
Presentar la casa por espacios, poco a poco y con correa. Darle libertad para que el nuevo miembro de la familia pueda ir explorando a medida que esté preparado, no obligar.
Si el perro prefiere descansar, no hablarle ni tocarle demasiado. Respetar su espacio.
Sacarlo frecuentemente pero poco espacio de tiempo.
Educar los hábitos higiénicos desde la base, como si fuera un cachorro (si no lo es).
Intentar no recibir ninguna visita el primer día.
Si tenemos hijos pequeños en casa, supervisar los posibles encuentros. Explicar a los más pequeños cómo tratar al perro: cómo acariciar, no invadir su espacio, básicos de lenguaje canino, no abrazar ni besar (almenos de momento)…
Mantener la casa libre de comida alcanzable y juguetes (tanto infantiles como de otros perros o gatos, si es el caso).
Si convivimos con gatos, evitar las persecuciones. Siempre mantener posibles escapatorias gatunas en vertical (mesas, estanterías, muebles altos habilitados para ellos…). Darles accesibilidad a comida y agua fresca fuera del alcance del perro. También podemos instalar difusores de feromonas gatunas en casa.
VINCÚLATE
Después de unos días de adaptación y transición, iremos forjando una relación con nuestro perro. Debemos ser pacientes e ir al tiempo y ritmo que necesitemos ambos.
En muchas ocasiones, nuestro perro puede ir “cambiando” el carácter. Es muy habitual y un proceso normal. Pasan de estar en ambientes muy estresantes a hogares calmados en dónde se cubren sus necesidades, tanto físicas como emocionales, por completo. Así que pueden pasar de estar en estados de shock a revelar su carácter real en pocas semanas de tiempo.
Es imprescindible ser pacientes y respetuosos con nuestro perro. También potenciar la flexibilidad ante situaciones nuevas que puedan ir apareciendo. La educación es muy importante pero hay que dar prioridades. El adiestramiento o enseñar comandos, habilidades… es mejor dejarlo para más adelante. No exigir demasiado a nuestro perro, necesita un tiempo de adaptación.
Compartir momentos cotidianos y de calidad, nos ayudará a ir vinculándonos.
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