Artículo de Fanny D. Arias Ch., tomado de La Prensa.com
La sociedad debe asumir la responsabilidad de cuidar el entorno y a los
animales domésticos, ya sean propios o que estén en la calle.
Foto: Por LA PRENSA / Roberto Cisneros
Una tarde, "Loli" regresó a su casa en Pedregal agitada y agresiva. El animal se notaba inusualmente incómodo.
Al ver el repentino cambio de ánimo de la perra de pelaje negro y dos años, su dueño buscó ayuda y tras consultar tres veterinarios estos dieron con la raíz del problema: le habían incrustado por el recto una de esas herramientas de hierro que se usan para apretar o aflojar las tuercas al cambiar las llantas de los vehículos. La enorme pieza de metal le estaba provocando una hemorragia interna.
La médico veterinaria Margarita Daza, de la clínica veterinaria San Bernardo, procedió de inmediato a hacerle una cirugía.
Hoy la recuperación de "Loli" va por buen camino, cuenta Daza y agrega que el dueño de la perra está tratando de averiguar quién le hizo tal daño a su mascota, para poner la respectiva denuncia.
El maltrato también puede registrarse bajo el mismo techo donde vive el animal. Aunque en el caso de ?Doggie?, ni siquiera contaba con algo que lo refugiara del sol o de la lluvia. En noviembre pasado, el perrito fue rescatado de las manos de su dueña en la 24 de Diciembre, porque pasaba sus días atado a una soga, expuesto al sol y con evidentes señales de desnutrición.
Una vez en el albergue, "Doggie" recibió la atención necesaria, recuperó su pelaje y una familia lo adoptó posteriormente, según registra la página de Facebook del grupo de protección de animales Corazón con Huellas, que cuenta de principio a fin la historia de este perro.
¿Y la ley?
Los casos de "Loli" y "Doggie" han tenido finales felices. Sin embargo, el día a día muestra que hay decenas de historias de diferentes tipos de maltrato y muchos de estos casos no trascienden ni en las redes sociales ni en los medios de comunicación social, por lo que pasan de largo en el radar ciudadano.
Pasan inadvertidos a pesar de que la Ley 70 de Protección a los Animales Domésticos fue establecida para " prevenir, erradicar y sancionar el maltrato, el abandono y los actos de crueldad en contra de los animales domésticos".
Han pasado 2 años y medio desde su aprobación y si bien las autoridades nacionales pueden estar interesadas en el tema, demuestran carencia de recursos materiales y humanos para ayudar a aplicarla en el momento indicado, opina Mirtha Rodríguez, miembro de la fundación Spay Panamá, que ayuda a esterilizar animales desamparados.
Voluntarios del grupo de proteccionistas y rescatistas Mundo Colitas estiman que hace unos años había temor en hacer las denuncias por las posibles represalias que pudieran recibir, pero notan que desde que existe una ley se ha incrementando el número de personas que se atreven a denunciar el maltrato hacia los animales.
Rodríguez conoce de varios casos que terminaron en multas para individuos que han asesinado o herido animales. No obstante, las autoridades pertinentes carecen de registros que puedan demostrar que la ley está surtiendo efecto. En la Dirección de Investigación Judicial (DIJ), por ejemplo, solo cuentan con datos de los primeros meses de 2015, lapso en el que han recibido cuatro denuncias por posible maltrato hacia animales. Las corregidurías y municipios son otras instancias que deben atender estos casos, según indica la ley.
Una vez se logra hacer las denuncia, ¿hay certeza de castigo? La apreciación de los voluntarios de Mundo Colitas es que aún existe desinformación de parte de las autoridades o quizá no le dan la importancia que merece la situación, pues en más de una ocasión han escuchado frases como "hay cosas más importantes que resolver".
Si no existe una verdadera cultura de respeto a los animales, de poco o nada sirven las leyes y papeles oficiales, puntualizan.
Como sociedad se debe asumir la responsabilidad de cuidar el entorno y a los animales domésticos, ya sean propios o que estén en la calle; se les debe respetar y darles un trato digno, indican.
"La educación es la principal herramienta para eliminar la violencia de todo tipo", sostienen. La Ley 70 detalla que aquel que se entere de un caso de maltrato debe denunciarlo y que la persona que maltrate a un animal tendrá una multa de entre 100 y mil dólares; de 100 a 200 días multas o con trabajo comunitario; también se decomisará el animal y se trasladará temporalmente a una asociación protectora o a un albergue.
Rechazo al maltrato animal en las redes sociales
Al tema del maltrato a los animales se le ha unido un gran aliado en los últimos años: las redes sociales. Un caso reciente se vivió en Honduras, cuando un grupo de jóvenes hizo estallar un perro callejero con fuegos artificiales y difundió el video de su "broma". En Costa Rica ocurrió algo similar con la imagen de un tucán con el pico destrozado a golpes por un grupo de jóvenes. Uno de los incidentes más recientes fue el de un hombre en Perú que amarró a su carro el perro de un vecino y lo arrastró por la calle como represalia por haber mordido a sus hijos, según medios web internacionales. Estas imágenes se viralizaron a principios de enero y desataron llamados a criminalizar la violencia contra los animales. De hecho, colectivos proteccionistas de animales en Panamá recalcan que muchas veces se enteran de los casos de agresión porque les escriben a través de sus redes sociales, vehículos que "son de gran ayuda".