Elige un día que puedas compartir mucho tiempo con tu perro, prepara unos cuantos pedacitos de algo rico que sepas que le gusta mucho (pollo, jamón, queso) y tenlos a mano pero no necesariamente a la vista.
Durante el transcurso del día, presta atención y observa todas aquellas cosas que tu perro elige hacer por sí mismo, que te gustan y que no has solicitado. Tal vez tu perro está descansando en silencio mientras ves la televisión... Puedes marcar de forma pausada con un “OK” o un “bien” y recompensar con uno de los pedacitos previamente preparados; Tal vez tu perro espera tranquilo mientras que te vistes para salir a pasear y preparas la correa... marca y recompensa Tal vez se acerca alegremente a ti durante el paseo tras saludar de forma tranquila a otros perros. Tal vez “elige” dejar algo que ha encontrado en el suelo para volver a tu lado o simplemente mirarte. Hay mil cosas que se nos escapan y que merecen nuestra atención y reconocimiento.
Durante el día, puedes marcar y recompensar todo aquello que te guste de tu perro, y que no le hayas pedido previamente sino que lo haya realizado de forma espontánea (premiarás las “buenas elecciones” de tu perro). Descubrirás cuántas cosas buenas hace al cabo del día.
El comportamiento recompensado siempre es más probable que se repita.