Paladar hendido
Se trata de un defecto congénito en el que existe una abertura anormal en el techo del paladar en la boca, de manera que tanto la comida líquida como la sólida pueden entrar hacia la nariz mientras el animal se alimenta.Esta hendidura puede involucrar al paladar duro, al blando o a ambos, y variar en severidad desde una estrecha abertura a prácticamente la ausencia de todo el paladar. Las hendiduras grandes impiden la lactancia normal del recién nacido, dando como resultado la inhalación de leche, lo que lleva a la muerte por neumonía por aspiración. Con hendiduras pequeñas, las burbujas de leche en la nariz o la descarga nasal crónica pueden ser los únicos síntomas.
El único tratamiento efectivo es la corrección quirúrgica del defecto. Cuando es posible, la cirugía debería retrasarse varios meses, ya que los cachorros más grandes tienen más tejido para el cierre, y además hay más espacio para que el cirujano pueda operar. Mientras tanto, la alimentación mediante sonda gástrica es lo más efectivo.
Absceso de la muela carnicera
El último diente premolar de la mandíbula superior, llamado muela carnicera, puede llegar a infectarse con cierta frecuencia. Este diente tiene tres largas raíces y cuando esto sucede, la infección se extiende a los alrededores, llegando al hueso y atravesando la piel, por lo que aparece una pequeña herida de la que sale líquido, debajo del ojo. También puede suceder al contrario, es decir, que una herida en la cara cause una infección en la muela carnicera.A veces es necesaria la extracción del diente afectado, para permitir el drenaje y prevenir una infección recurrente. Para ello es necesaria anestesia general, ya que un diente de tres raíces es difícil de sacar, y muchas veces hay que partirlo antes de extraerlo.
Enfermedad periodontal
Se trata de una patología especialmente importante por su frecuencia y sus posibles repercusiones sobre otros órganos tan importantes como el corazón. La acumulación de placa bacteriana debida a la falta de higiene dental, desemboca en la producción de sarro, que se acumula entre las piezas dentales dando lugar a síntomas como mal aliento, salivación, anorexia y dolor en casos más severos, y propagación de la infección causada por las bacterias que forman este sarro hacia otros órganos pertenecientes al tubo digestivo (estómago, intestino, etc.) o no. Es el caso de la endocarditis bacteriana, en la que esas bacterias llegan desde la boca hasta las válvulas cardiacas, lesionándolas.En esta enfermedad como en muchas otras, lo importante es la prevención, es decir, la higiene dental. Para conseguirlo, nuestras mascotas deben tomar alimento seco (pienso), morder elementos de cierta dureza como pan duro, huesos comerciales y otros productos indicados para tal fin, y si es posible, hay que educarlas de forma que se dejen cepillar los dientes con una frecuencia al menos semanal. Además, deben ser revisados periódicamente por el veterinario, quien indicará si es necesario realizar una limpieza de boca.
Gastritis aguda
La gastritis aguda es el inicio rápido de una inflamación en el estómago. La causa más común es la ingestión de comida estropeada, basura, pescado u otro animal en descomposición, huesos, madera, productos químicos, medicinas o plantas tóxicas. Algunas veces el material presente en el vómito puede orientarnos sobre lo que el animal comió, pero muy a menudo no lo encontramos. Otras causas de gastritis aguda son infecciones víricas o bacterianas.En casos severos, la hospitalización puede llegar a ser necesaria. Como siempre, lo mejor es prevenir, así que, siempre que puedas, impide el acceso de tu mascota a material peligroso.
Gastritis crónica
La gastritis crónica es una inflamación de larga duración en la mucosa del estómago. Hay muchas causas posibles, y establecer la causa precisa puede llegar a ser muy difícil. La exposición repetitiva a agentes físicos o químicos puede causar una gastritis crónica. A menudo el culpable es un cuerpo extraño en el estómago, pero las gastritis crónicas pueden también formar parte de otros procesos patológicos en la mascota como renales, tumorales, etc.El vómito es el síntoma predominante en una gastritis crónica. Otros signos son pérdida de peso, poco apetito, tensión abdominal y sangrado procedente de la pared gástrica.
Para diagnosticar la gastritis crónica pueden utilizarse varios procedimientos. La evaluación médica y el tratamiento generalmente incluyen radiografías, pruebas de laboratorio, antibióticos y a veces cirugía con el fin de retirar el agente ofensivo, o para obtener muestras de tejido. Además, una dieta apropiada es esencial en el tratamiento de la gastritis crónica.
Enteritis aguda
Se trata de la inflamación de la mucosa intestinal del intestino delgado. Suele acompañarse de gastritis, produciendo las llamadas gastroenteritis agudas, cuyos síntomas más evidentes son los vómitos y las diarreas, además de anorexia, apatía, deshidratación, etc. Entre las causas que las provocan encontramos enfermedades víricas, bacterianas y parasitarias, cambios bruscos en la dieta, ingestión de tóxicos y alimentos en mal estado, cuerpos extraños como arena o basura, etc., así como mal funcionamiento de órganos como el hígado, los riñones o el páncreas.Si va acompañada de gastritis, la hospitalización suele ser necesaria para inhibir los vómitos, así como si las diarreas son hemorrágicas o especialmente profusas, con lo que conllevan la deshidratación del animal y la lesión de su mucosa intestinal respectivamente.
Enteritis crónica
Suele producirse al no solucionarse la enteritis aguda, cronificándose el proceso. Las causas suelen ser las mismas que originaron la enteritis, aguda en un principio, o secundarias a la irritación de la mucosa por los distintos agentes, aunque éstos ya hayan desaparecido. A veces también se produce por la medicación utilizada.En estos casos suelen requerirse pruebas para llegar al diagnóstico, que normalmente se hace por imagen, mediante radiografías simples o de contraste, ecografía, y en determinados casos, puede ser necesario realizar una biopsia.
Colitis aguda
La colitis aguda es una inflamación del colon (en el intestino grueso). Las causas más comunes son parasitarias, bacterianas, presencia de cuerpos extraños (como huesos, basura, material vegetal, etc.) y alergia alimentaria. Los síntomas pueden ser desde muy leves a bastante severos, e incluyen diarrea, presencia de sangre o mucosidad en las deposiciones, defecación dolorosa y/o con esfuerzo, debilidad, renuncia al paseo, dolor abdominal y deshidratación.Las pruebas de laboratorio y las radiografías son útiles para diagnosticar la condición de la mascota y para trazar un plan de tratamiento.
Colitis crónica
La colitis crónica es una colitis que se tiene desde hace tiempo. Los síntomas incluyen diarrea intermitente o bien continua, heces mucosas o sanguinolentas, así como incomodidad durante la defecación. La enfermedad normalmente conlleva pérdida de peso y aspecto mate del pelaje.Encontrar la causa de una colitis crónica a menudo es difícil. Las causas más comunes incluyen parásitos, bacterias, alergias, nerviosismo, ansiedad o estrés, pero a veces no es posible determinar la causa exacta. Por eso normalmente es necesario un examen completo, incluyendo pruebas de laboratorio y radiografías, para encontrar la causa y determinar el tratamiento adecuado para la colitis. La hospitalización puede llegar a ser necesaria.
La colitis crónica es difícil de curar, y muchas veces lo máximo que se puede conseguir es el control de la enfermedad. El tratamiento puede llegar a ser de por vida.
Enfermedades de los sacos anales
Los sacos anales se localizan a ambos lados del ano, debajo de la piel, y se abren al exterior mediante unos pequeños conductos. Sus glándulas producen una sustancia oscura y algo maloliente, aunque suelen estar vacíos debido al movimiento intestinal del animal. Su función se desconoce, y la mascota puede vivir perfectamente sin ellos.Las enfermedades de los sacos anales son de tres tipos:
Impactación: el fluido de las glándulas es anormalmente espeso y no puede salir de ellas.
Infección: las bacterias producen pus amarillento o sanguinolento; la infección puede afectar además a otras áreas, como los ojos, oídos, boca y piel.
Absceso: como resultado de la infección, se produce un abultamiento caliente cerca del ano, que puede incluso romperse descargando sangre y pus.
Los síntomas de enfermedad en los sacos anales incluyen "postura de trineo" (la mascota arrastra la zona del ano por el suelo), lamido excesivo debajo de la cola, hinchazón cerca de la cola o del ano, y/o drenaje sanguinolento o pegajoso procedente de la zona anal.
El tratamiento de estas enfermedades puede incluir el vaciado manual del contenido de los sacos anales, la exteriorización de los conductos para instalar antibióticos dentro de los sacos anales e incluso el drenaje quirúrgico o extirpación de los sacos anales.